El comercio tradicional está pasando por uno de sus peores momentos. La crisis económica, con el encarecimiento de los productos básicos y la subida generalizada de las hipotecas, se ha dejado notar en el bolsillo de los ciudadanos y ha repercutido directamente en las ventas del comercio del centro, que ha registrado un drástico descenso a lo largo del primer trimestre de 2008.

La Asociación de Comerciantes de San Fernando -Acosafe- estima que las ventas han disminuido entre un 40 y un 50 por ciento, según adelantó ayer a este periódico su presidente, Manuel Martínez, que afirmó sin reservas que el sector atraviesa uno de sus momentos más críticos. Las consecuencias, además, se están dejando notar más después de una de las campañas de Navidad -la temporada más alta de ventas de todo el año- bastante floja, la que menos actividad comercial ha registrado últimamente.

Según Acosafe, las repercusiones negativas de la crisis económica en los negocios del centro se vienen notando desde el pasado mes de noviembre, si bien ha sido definitivamente durante los últimos meses cuando ha cobrado aún mayor fuerza.

A este panorama tan pesimista, los comerciantes del centro suman la competencia de los chinos que se están asentando en la ciudad, establecimientos de gran superficie que venden productos de todo tipo -ropa, zapatos, regalos, etcétera- a muy bajo precio y con los que le resulta muy difícil competir.