Antonio Moreno se estaba afeitando cuando escuchó la noticia por la radio. Eran las ocho menos cuarto de la mañana. Corrió al Ayuntamiento y, nada más llegar, Manolita, una veterana funcionaria que conocía mucho a la familia, se echó en sus brazos llorando desconsolada. Aquello le conmocionó. Fue entonces cuando el alcalde tomó conciencia de lo trascendente del momento.Era el 2 de julio de 1992, el día en el que murió Camarón. El cantaor había fallecido apenas una hora antes, a las siete y diez de la mañana, en el hospital universitario Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), a los 41 años de edad.

Veinte años después, el ex regidor lo recuerda nítidamente. Son cosas que no se olvidan. Como alcalde le tocó vivir en primera fila de todo lo que ocurrió durante las tres largas y dolorosas jornadas que siguieron a la muerte de Camarón, hasta que el célebre cantaor flamenco que llevaba por apellido el nombre de La Isla recibió sepultura en el cementerio municipal. Fueron horas intensas que la ciudad, desbordada, vivió con las emociones a flor de piel.Camarón había muerto pero había nacido su leyenda con La Isla de testigo. “Fue impresionante. Los que estuvimos allí vimos como nacía un mito”, asegura, consciente de que lo extraordinario de aquellos días.

De todo aquello se cumplirán 20 años en junio, dentro de cinco meses. Y La Isla no está dispuesta a dejar pasar este aniversario, una fecha redonda y simbólica que servirá para recordar al mito flamenco e impulsar su vinculación con una ciudad que, desde hace años, es consciente del enorme potencial turístico, económico y cultural que encierra la figura de Camarón, de la gran proyección que arrastra, aunque paradójicamente todavía, en estos veinte años, no haya sido capaz de articular una fórmula para aprovechar esas posibilidades. Hay un dato revelador: la denominada Ruta de Camarón, que recurre los enclaves vinculados con el cantaor, es cada año la más visitada junto al Observatorio de Marina. Sobrepasa con creces a la Ruta de las Cortes, que se vincula al Bicentenario.

Desde el Ayuntamiento se intenta ahora por enésima vez impulsar la creación de la Fundación Camarón, para la que incluso se ha reservado un suelo junto a la Venta de Vargas. Pero dicha institución requiere de la decidida implicación de múltiples administraciones. Y la crisis económica, la austeridad y los recortes presupuestarios demoran dicho acuerdo entre todos.

Recientemente, también el Gobierno local ha anunciado su intención de adquirir la casa natal en la que nació Camarón, en la calle Carmen, para darle un uso cultural. En los presupuestos ha reservado una partida para comprar la finca.

Por eso se espera que la celebración de este 20 aniversario sirva para relanzar definitivamente esta vieja aspiración de La Isla. “Es el momento de vincular, de equiparar de una vez a Camarón y su obra con la ciudad y su imagen”, sostiene el delegado de Cultura, Francisco J. Romero, que alude también al “patrimonio inmaterial de primer orden” que tiene La Isla con esa especial relación que guarda con el flamenco: Camarón, el mito, pero también Chato de la Isla, Niña Pastoria, Sara Baras y una extensísima lista de artistas como el joven Alberto Sellés o Juani de la Isla. La conmemoración del aniversario –apostilla– debe estar a la altura.

El Ayuntamiento se ha puesto manos a la obra. Una comisión integrada por Alcaldía-Presidencia, Cultura y Fiestas y Turismo trabaja ya en este 20 aniversario. De momento, hay varias propuestas para junio: charlas y conferencias en torno al flamenco y Camarón, actuaciones en la calle, conciertos de grandes nombres del flamenco... Quedan cinco meses aún por delante y se acaba de empezar a trabajar.

La peña Camarón, por su parte, también prepara algo especial. Quiere retomar el Memorial Camarón de la Isla, concurso que contó con gran éxito y renombre pero cuya continuidad ha frenado la crisis. E impulsará también las actuaciones que lleva a cabo con la presencia de notorios artistas. Todo en memoria del genio.