La complicada situación de la hermandad de la Vera Cruz ha dado una nueva vuelta de tuerca tras hacerse oficial en la jornada del miércoles la dimisión de su hermano mayor, Rafael Valverde. Fue el propio director espiritual de la cofradía, el sacerdote Rafael Pinto, el que se encargó de comunicársela a los hermanos en el transcurso de los cultos del triduo cuaresmal.

La decisión, que habría sido adoptada a principios de la semana, se fundamenta en motivos personales que le impiden continuar al frente del gobierno de la hermandad a pesar de su precaria tesitura económica, derivada de la gestión de la escuela taller que se llevó a cabo para rehabilitar la histórica capilla de la calle Patrona. Hasta 168.000 euros adeuda la cofradía, que incluso cuenta con una treintena de denuncias interpuestas por alumnos y profesores de la citada escuela taller a causa de los impagos que, por su parte, se achacan a los retrasos de la Junta de Andalucía.

Tan crítica resulta la situación que hace un mes anunció la suspensión de su salida procesional en la tarde del Miércoles Santo. Después de reunirse urgentemente con el delegado del Gobierno andaluz y conseguir abrir una vía de diálogo para solucionar el problema, la cofradía se replanteó su decisión en un cabildo extraordinario de hermanos y anunció que, finalmente, sí saldría a la calle.

La dimisión del hermano mayor complica todavía más este panorama. Inicialmente, será el vicehermano mayor de la hermandad, Mariano Domínguez, el que se haga cargo de la junta de gobierno de la cofradía. El Consejo de Hermandades precisó ayer que, según los estatutos de esta corporación de penitencia, los miembros de la junta de gobierno disponen del plazo de un mes para elegir a un nuevo hermano mayor. De entrada, es la fórmula que se pretende seguir para solventar esta nueva crisis en el seno de la Vera Cruz aunque dada la frágil situación de la cofradía no se descartan otras posibilidades.