San Fernando

Urbanismo intenta desbloquear la revisión del catálogo del PEPRICH

  • El arquitecto responsable de la tarea, Javier Villarmín, ha incorporado los criterios y sugerencias de la Delegación Provincial de Cultura · El Ayuntamiento espera contestación en un breve plazo de tiempo

La Gerencia Municipal de Urbanismo intenta desde el pasado mes de agosto desbloquear el Plan Especial del Casco Histórico -PEPRICH- y superar el enésimo revés que el documento ha sufrido en su enrevesada tramitación después de que la comisión de patrimonio de la Delegación Provincial de Cultura rechazara la revisión del catálogo de fincas protegidas, aprobado por el Pleno este mismo año.

Urbanismo, al igual que con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, pretende tener resuelto de una vez por todas el polémico PEPRICH antes de las próximas elecciones municipales. Según explicó a este periódico el delegado general del área de Urbanismo, el andalucista Manuel Prado, desde que Cultura notificara su rechazo a la revisión del catálogo de fincas protegidas en el casco histórico alegando "arbitrariedad" y "discrecionalidad" en el documento, se ha trabajado intensamente desde la Gerencia para solucionar el problema y dar un impulso definitivo al Plan Especial.

El arquitecto Javier Villarmín -explicó Prado- ha elaborado un nuevo informe en el que se recogen los criterios y sugerencias de Cultura y se proporciona toda la información y documentación que solicita patrimonio en las consideraciones que ha trasladado al Ayuntamiento.

Este documento, con el correspondiente visto bueno de la Gerencia de Urbanismo, ha sido remitido ya a la Delegación Provincial de Cultura y, actualmente, está siendo analizado por su personal técnico. Desde Urbanismo se ha contactado además en varias ocasiones con patrimonio con el objeto de impulsar la tramitación definitiva del documento. De hecho, según Prado, se espera que en cuestión de días pueda resolverse definitivamente el bloqueo del catálogo revisado del PEPRICH.

El equipo de gobierno, por otro lado, tiene intención de modificar determinados aspectos de las ordenanzas del Plan Especial del Casco Histórico, que fueron aprobadas en 2008, con el objeto de favorecer el desarrollo de la actividad comercial en el centro -especialmente en la nueva calle Real semipeatonal- con una normativa que favorezca al sector y propiciar la instalación de franquicias a modo de elementos dinamizadores de la actividad económica en la ciudad.

La idea, como ya anunció en el pasado verano Prado, es abordar estas modificaciones de las ordenanzas una vez se consiga la aprobación del catálogo por parte de la Delegación Provincial de Cultura, lo que se espera en un corto plazo de tiempo. Eso sí, obligará a Urbanismo a trabajar a contrarreloj para tener aprobadas dichas modificaciones antes de las próximas elecciones municipales.

Para Prado, el PEPRICH constituye un instrumento fundamental para afrontar el desarrollo del centro con la calle Real semipeatonal y el tranvía como elementos indispensables. Un nuevo concepto de ciudad -y de centro- que precisa para despegar de un empuje definitivo que atraerá comercios y franquicias y que se pretende propiciar con estos últimos retoques del Plan Especial de Protección del Casco Histórico.

La revisión del catálogo, por otro lado, ha sido una de las tareas vinculadas al PEPRICH de las que más se ha hablado a lo largo del último mandato. Con el PP al frente de la Gerencia de Urbanismo y a través de un convenio con el Colegio de Arquitectos de Cádiz se emprendió inicialmente la revisión de todas las fincas del casco histórico. Luego, el arquitecto Javier Villarmín rehizo el catálogo de fincas protegidas.

Lo cierto es que el catálogo no sufrió excesivas modificaciones (sólo se tocaron los niveles III, IV y V). El millar de fincas protegidas apenas varió. Eso sí, muchas se movieron de un nivel a otro, al flexibilizar los criterios, excesivamente conservadores y rígidos, según los populares.

Fue el PSOE, a través de la concejala Patricia Cavada, el que advirtió en el pasado mes de agosto de que Cultura había rechazado el catálogo por su "arbitrariedad". Se aludió entonces a la "falta de información y de criterios solventes que avalaran el documento".

Para Urbanismo, aunque supuso un revés en la tramitación del Plan Especial, era algo subsanable. Simplemente había que añadir los criterios de Cultura y esperar a su aprobación, que es lo que finalmente hizo.

2008

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