La playa canina prevé ponerse definitivamente en funcionamiento este lunes, una vez que desde la empresa adjudicataria se complete el montaje de las instalaciones y de la señalización correspondiente. Los trabajos, sin embargo, se han mostrado muy avanzados ya este fin de semana. El recinto vallado de 1.125 metros cuadrados de superficie en el que podrán soltarse a los perros (siempre y cuando no se trate de razas potencialmente peligrosas, en cuyo caso deberán permanecer con la correa y el bozal) ya está colocado y también algunos de los paneles, en los que se desgrana pormenorizadamente el decálogo de normas de uso de la playa canina, en cuyo cumplimiento insistirá especialmente el Ayuntamiento, sobre todo durante los primeros días.

Entre estas normas se incluye la obligación de los dueños de las mascotas de recoger sus excrementos y depositarlos en las papeleras o de mantener en todo momento sujeto con correa a los canes, incluso dentro de la lámina de agua, donde el baño está prohibido para las personas. Los perros solo podrán estar sueltos dentro del recinto vallado.

Para que el tramo de la playa reservado a los perros que se sitúa a kilómetro y medio de la Punta del Boquerón esté a punto queda todavía que se complete el mobiliario con la colocación de las papeleras y de algunas señalizaciones, entre ellas uno de los paneles que se colocará al inicio del sendero para informar debidamente a los usuarios. Estos trabajos, previsiblemente, se completarán mañana mismo, lo que permitirá que la playa canina pueda empezar a ser usada.

La playa de Camposoto, por otro lado, fue sometida en la jornada del pasado viernes a una nueva auditoría para revalidar la concesión de la Q de calidad turística, distinción que concede el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) y que consiguió por primera vez La Isla en 2015.

Entre otros parámetros, la auditoría mide la calidad de las aguas y arena de Camposoto. de sus servicios sanitarios, de seguridad, de Protección Civil y de salvamento, de las condiciones fitosanitarias de las instalaciones y módulos municipales y de los establecimientos hosteleros -chiringuitos- allí instalados. La concejala de Espacios Naturales, Maite Lebrero, acompañó a los técnicos en el desarrollo de este minucioso examen al que fue sometida la playa.