No ha sido una protesta multitudinaria. Pero ha hecho el suficiente ruido para hacerse notar en el primer pleno del curso político, que esta tarde –coincidiendo casi con los primeros cien días de mandato– se ha convertido también en el debut del pacto de gobierno recién suscrito entre PSOE y Cs.

En una ciudad nada proclive a eso de echarse a la calle y movilizarse, algo más de medio centenar de personas –entre ellos, afines a algunos partidos políticos– ha respondido a la llamada lanzada en las redes sociales semanas atrás con la intención de hacer ver a la clase política el descontento ciudadano ante la gestión del Ayuntamiento: falta de limpieza y mantenimiento urbano, proliferación de ratas e insectos, obras mal ejecutadas, inversiones millonarias que no se acaban nunca, la aplicación de la tasa consorcial que tanto revuelo ha causado entre los isleños, la subida de los sueldos que la Corporación Municipal aprobó a principios del mandato...

A las puertas del centro de congresos procedieron a dar lectura a un manifiesto en el que dejaron constancia de su descontento y de su intención de continuar movilizándose en el futuro para forzar un cambio en el Ayuntamiento.

Cavada aguarda pacientemente a que cesen los gritos y abucheos en el pleno para seguir con la sesión.

Hasta ahí todo discurrió con bastante tranquilidad pero la protesta –en parte– se trasladó luego a las reducidas dimensiones de la sala del centro de congresos donde se celebran los plenos y donde se han vivido algunas escenas de tensión. Ha habido abucheos a la alcaldesa, algún que otro grito, peticiones de dimisión, burlas, repetidas muestras de indignación y constantes interrupciones que obligaron a los grupos a parar sus intervenciones ralentizando la sesión...

"Cavada, dimite", "¡Patricia, escucha al pueblo!" o "¡Ciudadanos, chaqueteros!" han sido algunas de las expresiones que más se repitieron en los primeros minutos del pleno. De poco han servido las insistentes peticiones de la regidora para que respetaran a la Corporación y el turno de palabra. "Aquí hay grupos muy dispares y estoy segura de que uno o varios de ellos responden a los intereses que os traen aquí", insistió Patricia Cavada en vano.

Incluso hubo más de un amago de desalojar el pleno –cosa que la regidora quiso evitar a todas luces– hasta que, finalmente, las personas que protestaban –un grupo en realidad de lo más heterogéneo– optaron por marcharse haciendo ruido. Luego, el pleno –en el que se aprobaron cuestiones tan relevantes como el uso de casi 1,6 millones del remanente para la Casa Lazaga o el arreglo de las calles del entorno del Ayuntamiento– ha seguido con normalidad.