El IES Botánico ha vuelto a dejar en pabellón muy alto en dos destacadas citas con la ciencia, a las que sus alumnos han llegado con nuevos proyectos y rimas -eso es ya la seña de la casa- bajo el brazo. Y, por supuesto, bajo la experimentada batuta de los profesores Miguel Sánchez (Física y Química) y Antonio Herrera (Tecnología), cuya implicación durante los últimos años en este tipo de actividades extraescolares ha conseguido para este modesto centro isleño varios reconocimientos y una fama ganada a pulso. 

El stand que hemos montado está muy equilibrado es el nombre que los alumnos de tercero y cuarto de ESO dieron al expositor con el que en el pasado mes de mayo desembarcaron en la Feria de las Ciencias de Sevilla. Y era toda una declaración de principios de su modo de hacer las cosas, de entender y divulgar la ciencia. "Se centraba en el centro de masa. Empezábamos por explicar qué es el centro de masa, cómo se determina y qué relación existe con el equilibrio para continuar con varios experimentos llamativos y curiosos", explica Miguel Sánchez.

Claro está, que el tema científico echaba de nuevo mano a la exposición en verso "y a algún que otro chascarrillo" para marcar la diferencia. Y una vez más lo consiguieron. Aunque la Feria de las Ciencias de Sevilla no tiene carácter competitivo sino divulgativo, sí hay algunos premios que conceden entidades externas que están presentes en la cita. Es el caso del Centro de Investigaciones Científicas Isla de la Cartuja y su Premio a Futuros Científicos. Los chavales del Botánico se llevaron el primer accésit, que equivale en este caso al segundo premio. 

Los alumnos del Botánico, en el ROByCad'19.

Pero la cosa no queda ahí, ya que el IES Botánico ha conseguido también destacar en el ROByCad'19, el certamen de robótica libre para alumnos de ESO, Bachillerato y Ciclos que organiza la Escuela Superior de Ingeniería de la UCA. Allí, los alumnos de cuarto de ESO y de primero de Bachillerato Tecnológico consiguieron un primer premio en la modalidad Desafío Robot del Laberinto y un segundo premio en la muestra de proyectos científicos, en la que se valoraba especialmente la aplicación de la placa arduino. 

El profesor Antonio Herrera -precisa el Miguel Sánchez- ha sido el artífice de estos proyectos que han brillado esta última edición del ROByCad'19, aunque la historia guarda también relación con otro de los proyectos de ciencias en los que los alumnos del Botánico han estado trabajado: Lo que no sabe Indiana Jones.  

Lo que no sabe el arqueólogo más conocido del cine es por qué su látigo puede sonar como chásquido a pesar de que no le haya dado a nada. "Es el estampido sónico: ocurre porque la punta del látigo supera la velocidad del sónido", apunta este docente del Botánico. Es la base de uno de los experimentos que han trabajado de cara al Encuentro de Alumnado Investigador de Cádiz, en la que, precisamente, partiendo de ese llamativo ejemplo del látigo de Indiana Jones se demostraba cómo se produce ese estampido sónico cuando la velocidad del emisor supera la de las ondas sonoras. Para ello se valía de dos maquetas, una de ellas el 'Ultrasuperdoplerator 2.0' -recuerden que el efecto se relaciona con el el llamado efecto Dopler- que hacían uso de una placa arduino y que por ello se ha llevado también a este otro certamen. 

En ambos certámenes han estado implicados los departamentos de Física, Biología y Tecnología del IES Botánico.