San Fernando

Quince años a la espera de las obras

  • Hay una generación de isleños que jamás ha visto abierto el Consistorio, que desde el año 2000 se quiere rehabilitar

Hay obras que parecen eternas, actuaciones que se prolongan en el tiempo, de las que se habla en prensa durante años, que cuesta sacar adelante, que se pierden en un laberinto de trámites administrativos y que tropiezan con mil y un problemas. En La Isla, hacer una lista de estos proyectos incluso llevaría un tiempo: el tranvía, la rehabilitación del Puente Zuazo, el Castillo de San Romualdo, los desarrollos de Fábrica de San Carlos y de los polvorines de Fadricas, el enlace de la CA-33 con el polígono, Janer... Pero una de estas actuaciones pendientes destaca entre todas las demás: la rehabilitación integral del Ayuntamiento.

Más de quince años llevan los isleños esperando estas obras desde que allá por el año 2000 el Gobierno local -entonces, con Antonio Moreno a la cabeza- alertara de su deficiente estado de conservación y de la necesidad de abordar una rehabilitación urgente. A la intervención se le dio entonces prioridad absoluta dado el deterioro del histórico inmueble y la presencia de grietas cada vez mayores que amenazaban seriamente la estabilidad del edificio.

Acababa entonces de reinaugurarse el Real Teatro de Las Cortes, que había sido rescatado de la ruina más absoluta, y afloraba en la clase política dirigente cierta conciencia -y mucho entusiasmo visto el resultado conseguido- ante la necesidad de impulsar actuaciones en pro de la rehabilitación de un importante patrimonio que acusaba el paso del tiempo. Es en estas fechas cuando se plantean también otros importantes proyectos como la recuperación de los castillos de San Romualdo y Sancti Petri, del Sitio Histórico del Puente Zuazo o de los molinos de mareas de Caño Herrera y Zaporito.

Pero la rehabilitación del Ayuntamiento -que debería haber sido la más importante- se perdió en una tramitación que podría calificarse de esquizofrénica y que llega hasta el día de hoy. Se convirtieron en las obras que nunca empiezan. Hay incluso una generación de isleños -la que cumplirá nueve años en 2015- que jamás ha podido ver el Palacio Consistorial abierto ya que en verano de 2006 cerró sus puertas tras el realojo de las dependencias municipales en distintos puntos de la localidad. Y aquéllos que nacieron cuando Antonio Moreno empezaba a hablar de lo mal que estaba el histórico edificio y de la necesidad de afrontar una profunda rehabilitación alcanzarán la mayoría de edad cuando el Ayuntamiento vuelva a abrir sus puertas a la ciudadanía. Si se cumplen -claro- las últimas previsiones y plazos que se han puesto sobre la mesa esta misma semana, en la que la Junta de Gobierno Local ha dado luz verde al proceso de licitación de los trabajos, que podrían adjudicarse en torno a mayo o junio para comenzar a finales de año. Con un plazo de ejecución inicial de 24 meses el Ayuntamiento podría estar acabado a finales de 2017 para abrir sus puertas en torno a 2018 tras la correspondiente dotación de servicios y equipamiento y el traslado de vuelta de las distintas dependencias municipales.

Es la última fecha que se ha puesto sobre la mesa, aunque ahora hay por fin un proyecto definitivo -que también ha sido cuestionado en esta tortuosa tramitación tras el cambio de siglas en el Gobierno local que se dio en 2011- partidas presupuestarias y operaciones de crédito que garantizan al menos la ejecución de la mitad de las obras mientras se intenta recabar la ayuda de la Junta de Andalucía, que en su día -el convenio es de 2002, de hace trece años- se comprometió a asumir la mitad del coste de la actuación.

Aunque por fechas no ha quedado la cosa. Porque el Ayuntamiento, además de tener el dudoso honor de ser la obra que nunca ha dado comienzo, ha sido también la actuación a la que más fechas de inicio y terminación se le ha puesto. Casi tiene el récord. Desde hace más de una década no ha habido año que no se haya señalado para el comienzo "inminente de los trabajos". Aunque la triste realidad es que la obra no consiguió estar a punto para el Bicentenario de Las Cortes de 2010 a pesar de ser uno de los grandes hitos que se esperaba conseguir para esta señalada conmemoración. Tampoco estuvo para el Doce, el año de La Pepa, ni para el Trece -en el que se celebró el 200 aniversario de la concesión del título de San Fernando a la ciudad- ni estará para el 2016, en el que el municipio cumple 250 años. Aunque para esta fecha se espera al menos que hayan podido dar comienzo las obras.

El proyecto, en realidad, no consiguió su aprobación hasta 2011, el mismo año en el que llegó el PP al Gobierno local, que tenía otra visión de las obras y que intentó replantearse una actuación que además, como todas las demás, quedó lastrada por los efectos de la crisis en la administración. Tanto años de retraso contrastan sin embargo con el incalculable valor del Ayuntamiento, el mayor edificio consistorial de Andalucía y el tercero más grande de toda España, un Bien de Interés Cultural (BIC) altamente protegido que además fue escenario de hechos históricos trascendentales como Las Cortes de 1810 o la constitución del primer Tribunal Supremo. A pesar de ello, las obras se esperan desde hace quince años. Por algo, el proyecto de rehabilitación se llamó La leyenda del tiempo.

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