La plantilla de trabajadores de Piorsa -que llevan ya cuatro meses sin cobrar sus nóminas- afronta una nueva semana de conflicto laboral con la mirada puesta en la Armada, principal fuente de ingresos del grupo de empresas.

La relación casi histórica que las dependencias militares isleñas mantienen con Piorsa, a la que tienen adjudicados numerosos contratos de servicios (hostelería, limpieza y lavandería, entre otros), está a punto de romperse toda vez que Defensa se plantea ya la rescisión de estos acuerdos habida cuenta de la precaria situación económica de la empresa.

La plantilla, que lleva ya semanas de movilizaciones, aguarda una decisión definitiva por parte de la Armada, cuyos responsables han mantenido durante los últimos días varias reuniones en el Arsenal de La Carraca con el propósito de encontrar una solución al problema.

Los trabajadores mantienen las convocatorias de huelga anunciadas para esta semana, desde la jornada de mañana y hasta el próximo viernes mientras esperan progresos.

Representantes sindicales de la plantilla aseguraron ayer a este periódico que, de momento, no tienen constancia oficial ni por parte de la Armada ni de la empresa de que, efectivamente, Defensa se esté planteando la rescisión de los contratos adjudicados a Piorsa (curiosamente, algunos de ellos de hace apenas unas semanas, ya en pleno conflicto laboral).

Su esperanza radica en que el personal sea subrogado en la nueva concesión que la Armada adjudique a otra empresa una vez rescinda los contratos que tiene con Piorsa. Claro que esta fórmula sólo se aplicaría al personal adscrito a los contratos de servicios que se prestan en las múltiples dependencias de la Armada, no a los de las empresas del metal que trabajan en el Arsenal de La Carraca, cuya situación está en el aire.

Con todo, existe gran incertidumbre entre la plantilla y los colectivos sindicales ante la situación en la que quedarían mientras que se resuelven los contratos adjudicados a Piorsa, se licita una nueva concesión y la nueva adjudicataria pone nuevamente en marcha el servicio en cuestión tras subrogar al personal. Un proceso administrativo complejo que requiere de sus plazos y tiempos para la recuperación de las partidas presupuestarias ya asignadas y que puede tardar unos meses en finiquitarse, tiempo en el que los trabajadores estarían sin cobrar. Claro que la Armada tampoco tendría a nadie que le cubriera estos servicios externalizados que van desde la limpieza hasta la jardinería o las labores de mantenimiento, entre otros. Inicialmente, tendría que hacer frente a ellos con sus propios medios. Además, seguiría pendiente el pago de las nóminas atrasadas que se deben a los trabajadores.

Por otro lado, la dirección de empresa ha asegurado que viene trabajando con la Armada en pos de la solución del conflicto y que, incluso, estudia el pliego de condiciones con el propósito de presentar una oferta para optar al nuevo contrato del servicio de hostelería de la Base Naval de Rota, que expiró la semana pasada y que anteriormente estaba a su cargo.