Ha sido una de las condiciones que Ciudadanos ha puesto al gobierno municipal de PSOE-PA para dar su apoyo a los primeros presupuestos del mandato, que la próxima semana afrontarán su aprobación inicial: revisar el PEPRICH, el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico que tanta polémica despertó durante su intrincada tramitación, de la que ahora se cumplen precisamente diez años.

Desacuerdos políticos que venían muy bien exagerar en vísperas electorales, revocaciones de Cultura que obligaron a repetir el proceso administrativo desde sus primeros pasos, protestas promovidas desde plataformas ciudadanas e, incluso, recursos interpuestos por los vecinos afectados que intentaban a toda costa frenar su aprobación y entrada en vigor acompañaron entonces, hace una década, los primeros pasos del PEPRICH y empezaron a dibujar en La Isla un fragmentado y confuso panorama político y social que muy poco tenía que ver con lo anterior.

De hecho, no es una casualidad que fuera el controvertido PEPRICH el que propiciara la aparición en escena del hoy diputado y líder de Ciudadanos en La Isla, Javier Cano, el mismo que ahora reclama al gobierno municipal esa revisión del documento, cuya incidencia -advierte- ha resultado prácticamente nula. Es decir, que esos efectos beneficiosos que supuestamente iba a acarrear para el centro -y su reactivación económica y comercial- han brillado por su ausencia.

De todo eso hace ya diez años. Cano, entonces uno de los propietarios afectados por ese Plan del Casco Histórico cuya vivienda -junto a más de un centenar de bloques del centro- quedaba fuera de ordenación en pleno boom inmobliario, se convirtió en el promotor y portavoz de la plataforma contraria al PEPRICH, que a su vez fue el germen del movimiento antitranvía, de la asociación de vecinos del Casco Histórico -hoy, por cierto, completamente inactiva- y de la formación independiente Ciudadanos por San Fernando, que fue la sorpresa de las municipales de 2011 y de la que poco después fue expulsado para terminar en brazos del flamante partido de Albert Rivera.

El Plan del Casco Histórico fue su punto de partida. Así comenzó su trayectoria hace una década. Pero, a pesar del tiempo transcurrido, ese PEPRICH -cuya aprobación definitiva no se consiguió al final hasta 2008- sigue siendo una de sus prioridades. De ahí que haya condicionado su apoyo a los presupuestos a una completa revisión del documento. Sobre todo, explica Cano, porque no ha resultado una herramienta urbanística eficaz para el centro. "Pone límites y restringe la expansión económica, la vida comercial y la creación de empleo", afirma. "No tenemos un centro dinámico", explica. Ni tampoco, según C's, se puede conseguir si antes no se le mete mano al PEPRICH.

Facilitar la apertura de escaparates, el encaje de grandes firmas y franquicias en las fincas del centro y eliminar trabas urbanísticas en este sentido en pro de una reactivación económica del casco histórico que tire a su vez del comercio tradicional y de la hostelería son, en líneas generales, los criterios que defiende Ciudadanos y que, en realidad, comparten prácticamente todas las formaciones políticas. De hecho, hace años que se viene hablando de eso. Otra cuestión es cómo plasmar dichas medidas garantizando la debida protección del patrimonio histórico y con las directrices que marca en este sentido Cultura.

El compromiso que se ha alcanzado con el equipo de gobierno es que antes del próximo mes de octubre se haya constituido un grupo de trabajo en el Ayuntamiento con ese objetivo: revisar el PEPRICH. "Espero que a finales de año podamos contar ya con algo concreto", apunta Cano. "Nosotros, en primera instancia, planteamos la revisión de las ordenanzas, que creemos que es necesario modificar para conseguir esa dinamización del centro. No obstante, tampoco descartamos una revisión del catálogo de fincas protegidas que podría llevarse a cabo más adelante".