San Fernando

Manos Unidas emprende una nueva campaña y un nuevo proyecto solidario

  • La religiosa Estela Flores, de Ecuador, narra su experiencia en las misiones; "Ayudamos a los indígenas, es nuestro carisma"

Su testimonio sirve para recordar la incansable y constante labor de las misiones en los muchos -demasiados- países latinoamericanos, africanos o asiáticos que caen bajo los pesados clichés del Tercer Mundo o en desarrollo. Su voz ayuda siempre a avivar la llama de la solidaridad con los más necesitados e insiste en que toda ayuda es poca, que queda mucho por hacer. Y su presencia es siempre una garantía de que esas ayudas llegan hasta donde tienen que llegar.

Por eso Manos Unidas personaliza su campaña y sus proyectos anuales a través de un misionero, un religioso que acude cada año a Cádiz y que, acompañado de los voluntarios de esta ONG católica, recorre los periódicos, las radios, las televisiones para explicar lo que allí de donde viene se está haciendo. Esta vez ha sido la voz de Estela Flores, de la congregación de las misioneras de la Madre Laura, la que se ha encargado de esta tarea. Viene la religiosa desde Ecuador, donde son 186 las misioneras que se reparten por el país. "Trabajamos con el pueblo indígena, con los más pobres, es nuestro carisma", explica mientras enumera las etnias que forman una sociedad predominantemente campesina y rural: los quechuas, los chachis, los tschasilas...

"Acompañamos al pueblo indígena en sus organizaciones, colaboramos con ellos y en su desarrollo para que ellos puedan ser los gestores de su desarrollo, para que tomen conciencia y asuman esa responsabilidad", cuenta la religiosa, que insiste en el peso que el pueblo indígena tiene en la sociedad ecuatoriana. "Hay mucha injerencia de los indígenas en el país, reclaman sus derechos".

Han impulsado también la educación, especialmente la de la mujer, que poco a poco va ganando puestos en la sociedad ecuatoriana. Es precisamente en esta faceta donde Manos Unidas ha participado con importantes proyectos. "Hemos trabajado con Manos Unidas estrechamente, su coordinador ha venido varias veces a visitarnos, es una ONG muy exigente y muy transparente", explica.

"Nuestra presencia -la de las religiosas- es respetada y eso les ayuda: si un indígena acude a un hospital puede que no le atiendan, si va con nosotros sí", cuenta la misionera. Su principal objetivo, no obstante, es intentar que ellos mismos asuman las riendas de su desarrollo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios