No se esperan avances a corto plazo con el proyecto de rehabilitación del Ayuntamiento, enquistado desde que el Gobierno municipal del PP abogara por modificar sustancialmente la actuación. Pero el alcalde isleño, José Loaiza, sí quiere intervenir para frenar el avanzado deterioro del Palacio Consistorial, que lleva ya siete años cerrado a cal y canto.

Hace apenas unas semanas lo dejó entrever al valorar la situación del Ayuntamiento. "No se descartan obras de consolidación para evitar que empeore el estado del edificio", dijo entonces. Y esta semana ha insistido en el tema. La rehabilitación integral y el realojo de las dependencias municipales quedan muy lejos, pero el Gobierno local se plantea seriamente llevar a cabo "obras de seguridad", especialmente en las cubiertas, que están en mal estado y que quedaron fuera de la intervención de urgencia que se llevó a cabo en 2006, tras el cierre del edificio.

"Se trata de evitar su deterioro, de impedir que empeore porque luego puede resultar mucho más costosa la actuación", explicó el regidor. Tampoco -insistió- se descarta la posibilidad de llevar a cabo obras en el interior del Consistorio con el mismo propósito: frenar el deterioro, porque el paso del tiempo a la espera de una intervención definitiva está haciendo mella en este viejo inmueble. Todavía, de hecho, se desconoce en qué fecha podrán comenzar las esperadas obras de rehabilitación y, más aún, en qué año podrían empezar a reutilizarse estas instalaciones por los servicios municipales que hoy se reparten por toda la localidad.

Uno de los objetivos que se marcó Loaiza al llegar a la Alcaldía en 2011 era que estas obras de rehabilitación del Ayuntamiento pudieran al menos comenzar antes de que acabara el mandato. Sin embargo, cada vez resulta una posibilidad más remota. Actualmente, el Gobierno municipal del PP prepara un nuevo proyecto que tendrá que tramitar ante la Junta.