El parque Almirante Laulhé acogió de nuevo ayer el homenaje que cada año brinda el Ayuntamiento a la figura de Blas Infante con motivo de su fallecimiento, del que se cumplen ahora 78 años. Ante su busto de bronce se desarrolló una sencilla ceremonia que presidió el primer teniente de alcalde, Francisco J. Romero, y que respaldaron otros miembros de la Corporación Municipal, entre ellos, los ediles del PP Daniel Nieto, Ángel Martínez, María José de Alba y Úrsula Ruiz; del PSOE, Patricia Cavada, Araceli Maese y Fernando León; del PA, Antonio Gutiérrez y Manuel Gómez Piñero; y de Ciudadanos, Javier Cano y Mayte Mas. El tradicional izado de la bandera andaluza a los sones del himno, interpretado por la Banda Sinfónica Municipal, inició este homenaje institucional en el que se guardó también un minuto de silencio en memoria de Blas Infante.

Romero, en su discurso institucional, ensalzó la figura del padre de la patria andaluza y recordó la vigencia de su legado a pesar del tiempo transcurrido desde su muerte. "Se mata a un hombre, pero no se puede matar una idea". El primer teniente de alcalde recordó estas palabras de Blas Infante. "Se puede callar la voz de un hombre, pero jamás se pueden callar sus sueños", añadió al denunciar el "autoritarismo bárbaro" que acabó con su vida.

Con una alocución articulada a través de citas clave del pensador andaluz, el primer teniente de alcalde tocó la crisis económica y la actual situación de la comunidad para aludir a la capacidad de los andaluces para sobreponerse a las adversidades. "En nuestro ADN está inscrita la habilidad para luchar contra viento y marea y siempre encontrar el camino adecuado hacia el progreso y el futuro", afirmó. El alegató terminó al grito de "¡viva Andalucía libre!", tras el que se procedió a depositar una ofrenda floral ante la estatua del homenajeado.

Tras el acto institucional, el Partido Andalucista llevó a cabo su particular homenaje a Blas Infante -también presidido por Francisco J. Romero, secretario local y candidato de la formación- en el que se aprovechó para rendir homenaje a uno de sus más destacados militantes, Manuel Rodway Bueno.