La Feria ha llegado a su fin y con ella una semana irregular, que tampoco ha remotando, según la sensación de los caseteros, el fin de semana. A partir de ahora llegará el momento de hacer cuentas y comprobar hasta que punto resulta rentable el montaje de la Feria. Muchos no las tienen todas consigo.

fin de semana irregular

El fin de semana de Feria había comenzado con una fuerte afluencia de público en la jornada del viernes que llenó el recinto ferial . Esa noche daba la sensación que la fiesta recuperaba el esplendor del primer día, con casetas al completo y atracciones rebosantes de niños y mayores. Quedaba claro que no solo el día del niño (de esa primera jornada) los cacharritos se ponen a toda máquina para dar opciones a todos los valientes para disfrutar de ellos. De hecho, como en ocasiones anteriores, el paseo por la zona resultaba toda una carrera de obstáculos entre las colas para comprar los tickets, los carritos de los más pequeños que los aguardaban para cuando no pudiesen más y los curiosos que se quedaban mirando los viajes que daban amigos y familiares. Las casetas tampoco se quedaban atrás. Con menos niños pero con las mismas ganas de pasarlo bien otros grupos de isleños y visitantes acudían a las casetas para cenar, disfrutar de los espectáculos en directo que algunas ofrecían. Aunque luego el peregrinaje se haría a las casetas destinadas al baile hasta que el cuerpo aguantase o llegase la hora de cierre.

El sábado por la noche el real vivió el momento de una mayor afluencia de público en el que los foráneos se hicieron notar con intensidad. No era raro dar con personas de Los Barrios, Conil, de Rota o de Jerez que aprovecharon la jornada para disfrutar del ambiente alborotado de la Feria junto a los visitantes de Chiclana y Puerto Real que eran los visitantes más destacados en los días previos. Sin embargo, el domingo, a pesar de que el viento de levante consiguió contrarrestar los efectos del calor de los días previos, fueron muchos menos los que acudieron a La Magdalena. Ni el que la festividad de la Virgen del Carmen se trasladara al lunes fue suficiente para llenar un recinto por el que se podía pasear sin problemas y en el que pocas casetas llegaron al ritmo de otros días.

¿Rentable?

No ha sido una Feria que haya superado la percepción de otros años. Muchos de los caseteros reconocen que ha sido flojita. Aun cuando no han tenido tiempo de hacer cuentas, la presencia de isleños y visitantes no ha llegado a una afluencia enorme y eso calculan que repercutirá en los beneficios. "Ha bajado", explica Caridad en referencia al público de esta edición, a pesar de que las ventas puedan haberse mantenido. Eso de cualquier modo es todavía una incógnita, pues tienen que esperar al pago pendiente a proveedores de bebidas y otros productos. "Todos estamos así, al menos el conjunto de las casetas de las hermandades", sostienen.

Según lo vivido estos días, dejan claro que por el día "cero" y que las noches han sido en exceso tranquilas en cuanto a consumidores. "El domingo fue uno de los peores días", advierten desde Ecce Homo, que tampoco destaca el sábado como una jornada que ayudara a sostener el resto de la semana de Feria. Lamentan que cada vez menos gente acuda a la Feria, ni siquiera cuando el sol ya se ha ido.

Manuel Acosta, de Lito's Corner, ha gestionado este año la Caseta Municipal, que cuenta con la afluencia de las familias que acuden a las actuaciones de los cuadros de baile. Eso sí, nada comparable a cuando había una orquesta que animaba y atraía a los ciudadanos a pasar un rato agradable en esta carpa. De hecho, las casetas donde ha habido actuaciones de renombre u orquesta actuando cada noche han marcado la diferencia.

Quizás el calor haya influido, y poco a poco, sostiene Acosta, el nivel de la Feria va bajando y por tanto cada vez resulta más complicado montar. "Tendrán que estudiarlo seriamente", reconoce.