San Fernando

"Debemos salvar el hospital, La Isla se está quedando sin nada"

  • A las puertas de la manifestación convocada para el jueves, seis trabajadores reflexionan sobre su incierta situación y hablan de un conflicto que cada día resulta más difícil de sobrellevar

Cada día acuden a su trabajo con la angustia en el estómago y la incertidumbre en la mirada. No les llega la camisa al cuerpo. A cada vuelta de pasillo les espera un nuevo rumor, un comentario, un mensaje que llega de Madrid, una noticia que ha aparecido en prensa, las declaraciones de un político que se hace eco del problema... Que si Defensa ofrece el hospital pero la Junta no se lo puede costear, que si la transferencia de la titularidad de las instalaciones es la única solución para evitar el temido cierre o la recolocación del personal, que la ampliación del convenio propuesta por la Consejería es irreal...

Se sienten desbordados por la incierta situación que se ha instalado poco a poco en sus vidas y que por días se torna más difícil de sobrellevar. Hay veces que todo les parece ajeno, aunque es su futuro el que se juega en este escenario que domina el rifirrafe, tan mediocre a veces, de la política. "Eso es lo peor, no saber nada. Desconocer qué va a ser de nosotros. La incertidumbre. Llegar cada día al trabajo pensando en lo que puede pasar y volver a casa completamente destrozados", admiten.

Ellos son la otra parte del conflicto. La parte que desde hace meses lo sufre en primera línea, la que teme quedarse en la calle si finalmente cierra el hospital y la que tiembla al pensar en una recolocación que puede llevarles muy lejos de casa o que, en el mejor de los casos, signifique empezar otra vez desde cero. La que, en definitiva, sólo quiere seguir haciendo lo mismo que ha hecho siempre: trabajar en su hospital. Un centro que en su día fue puntero y que -reconocen- poco a poco se ha dejado morir.

Enfermeros, auxiliares, limpiadoras, personal de administración y mantenimiento han compartido sus inquietudes con este periódico días antes de la manifestación que ha convocado la plataforma por el hospital de San Carlos para el próximo jueves, una marcha con la que esperan conseguir un apoyo masivo de la ciudadanía para forzar a Junta y a Defensa a que negocien una solución airosa al conflicto. "No me interesa buscar culpables. Me interesan las soluciones", afirma Ángeles Rodríguez, una enfermera de la plantilla que lleva 31 años trabajando en el hospital.

Pero de esas alternativas que garanticen la continuidad del centro sanitario apenas hablan los políticos. "Pienso que cuando hay voluntad siempre se pueden solucionar las cosas, se puede llegar a un acuerdo. Pero voluntad veo bien poca, por una parte y por otra", sostiene Luisa Faraldo, otra veterana de San Carlos, una limpiadora que en diciembre cumplirá 32 años de servicio en el hospital militar. "Tengo 54 años. Llevo 32 años aquí. Entré por oposiciones. Nos dicen que si esto cierra nos van a recolocar pero quién pone la mano en fuego por eso. Sabemos que la Administración tiene las herramientas para ponernos en la calle. Puede hacerlo. Te dan dos años de paro y listo. Y a nuestra edad, ¿quién nos va a dar trabajo?", añade también Manuel Serrano, operario de mantenimiento del hospital. "Esa es la intranquilidad que sufrimos día a día. Nadie nos garantiza que no nos vayan a poner en la calle". La veteranía del grueso de la plantilla es, de hecho, una preocupación añadida al conflicto. "Casi todos tenemos más de 50 años. Adónde iremos si nos quedamos en la calle", se preguntan. "Mi marido lleva cuatro años en paro. Mi sueldo es el único dinero que entra en casa, qué hago si me quedo sin trabajo", insiste Luisa, preocupada.

"Yo llevo 24 años trabajando aquí. Aquí conocí a mi mujer, con la que tengo tres hijos. Los dos dependemos del hospital", cuenta por su parte José Antonio Martínez, otro de los enfermeros del hospital. "Soy de los optimistas. Siempre lo he sido. Aunque ahora la situación es realmente complicada. Creo que tarde o temprano van a llegar a un acuerdo (Junta y Defensa): San Fernando necesita este hospital".

"La ciudad lo necesita pero todavía no lo sabe, no se ha dado cuenta", añade Carmen Mesa, una auxiliar de Las Palmas que pasó por una experiencia similar hace diez años cuando se cerró el hospital militar del Rey. Hace seis años recaló en La Isla para ahora enfrentarse con la misma situación. "Fue un año horroroso", comenta. "La gente se va a dar cuenta de que necesita este hospital cuando se acabe el pequeño convenio que la Junta tiene con el SAS", explica. "Es un concierto que funciona a la perfección. Los usuarios están muy satisfechos con el servicio. El SAS también. ¿Dónde van a reubicar todas estas especialidades? El Puerta del Mar está colapsado", apunta Ángeles Rodríguez.

La situación económica no es la ideal y la plantilla lo sabe, por eso reclaman un esfuerzo de ambas administraciones para, al menos, prolongar la situación actual hasta que poco a poco pueda ir ampliándose el convenio, de forma gradual. "Deberían pensarlo mejor antes de cerrar unas instalaciones así", añade Carmen Mesa.

Los índices de paro que registra la Bahía y su maltrecha situación económica aumentan su desánimo y desasosiego cuando hablan del cierre del hospital. "¿Qué va a pasar con nuestros hijos si cierra todo? ¿Dónde van a trabajar el día de mañana? ¿Por qué tienen que irse fuera?", se preguntan. Frente a ello, el hospital -advierten- es una auténtica posibilidad de futuro, un motor económico, una posibilidad de crear empleo. Solo -añaden- tienen que creérselo los políticos, los mismos que hablan todos los días de combatir el paro y de las posibilidades de crear empleo.

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