La astronomía y el arte del flamenco. Son las dos alternativas turísticas que se llevan la palma en cuanto a la demanda estival en La Isla durante estos tiempos de crisis.

Las inquietudes culturales ganan paulatinamente terreno al turismo de sol y playa para centrarse, un año más, en la visita guiada al Observatorio de la Marina. No en vano es una de las instituciones de esta naturaleza con mayor relevancia a escala mundial y marca el patrón nacional de tiempo y frecuencia, por lo que a día de hoy ostenta el honor de ser el edificio más visitado de San Fernando. Según datos facilitados desde la Oficina de Información y Turismo, sus plazas se cubren siempre hasta reunir a un máximo de 35 personas deseosas de observar de cerca el laboratorio de horas, los equipos astronómicos o los incunables expuestos en la biblioteca de esta institución con más de doscientos cincuenta años de historia.

Junto al 'estelar' destino, además, gozan de gran protagonismo los dos rincones más emblemáticos de la población militar de San Carlos: el Museo Naval y el Panteón de Marinos Ilustres, que han visto acrecentado su número de visitas incluso los días laborables y dejan constancia, una vez más, del papel de la Armada como uno de los principales motores de actividad económica y social en la ciudad.

Muy por debajo del Observatorio o el Panteón -según los datos disponibles a mitad de la temporada estival- se sitúa la ruta dedicada a Camarón que, incomprensiblemente, continúa sin gozar del impacto esperado entre los visitantes que hasta San Fernando acuden en verano para disfrutar de su oferta turística. A pesar de ser una de las pocas rutas culturales que cuentan con el mínimo de solicitudes para poder llevarse a cabo, lo cierto es que su escasa salida no hace justicia al empeño puesto por Ida y vuelta, la entidad encargada de gestionar la visita guiada, en hacer de ésta una experiencia imprescindible para los seguidores del cantaor. La escasez de publicidad impresa, la aversión de ciertos sectores sociales a emplear los recursos digitales como fuente de información o las rehabilitaciones inconclusas de la fragua y la casa de Camarón se vislumbran como las posibles causas de este escaso interés en torno a la oferta sobre el artista internacional, ya que "mucha gente se echa atrás ante la imposibilidad de visitar el hogar del cantaor", indican desde la Oficina de Información y Turismo.

Todo apunta a que el principal problema de esta actividad para promocionarse como uno de los grandes atractivos de la ciudad durante la etapa estival parte de que sólo se realiza los jueves, por lo que, en muchos casos, los interesados en contratar el servicio no pueden ajustarlo a su calendario vacacional.

La ruta guiada a la salina del Estanquillo, las excursiones en kayak por el caño de Sancti Petri o la visita al castillo del mismo nombre son otras de las alternativas que poco a poco van consolidando su público. Muy a destacar la labor de Loggia, que ha llevado a cabo una acertada fragmentación de la oferta en el castillo para adaptarse a la demanda más exigente, con actividades de diversa índole que abarcan desde astronomía hasta actuaciones artísticas, pasando por eventos gastronómicos y contemplación de atardeceres.

Poca aceptación, en cambio, ha amparado a la visita guiada por las salinas, tan vinculadas a la historia local como incomprensible el escaso interés que suscitan entre los visitantes. Este tipo de turismo, más relacionado con la naturaleza y el senderismo, es la opción favorita de los turistas internacionales, así como de los procedentes de algunas regiones del norte de España como Galicia o Euskadi.

Mayoritariamente desde Cataluña, Castilla la Mancha y Andalucía vienen a visitar a Camarón, mientras los turistas procedentes de la capital es el público potencial de las opciones más vinculadas a la Armada.

Un abanico multicultural que se espera, crezca en agosto para avivar a esta ciudad alargada y blanca como un lebrel tendido al sol.