Consecuencias de los virus

Un recorrido por la historia de la gripe

  • El virus ha provocado a lo largo de la historia diferentes pandemias. Sin embargo, los especialistas aseguran que con algunas medidas la expansión puede evitarse.

El envío rápido de antivirales eficaces acompañado de ciertas medidas de salud pública podría llegar a contener una pandemia. Así lo afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Comunicación sobre brotes epidémicos. Por su parte, el doctor Aurelio Barricarte Gurrea, jefe del Servicio de Epidemiología, prevención y promoción de la Salud del Instituto de Salud Pública de Pamplona y miembro de la Asociación Española de Vacunología (AEV) apunta que "se podría detener una pandemia si tuviéramos suficiente proporción de población vacunada frente al nuevo virus antes de que comenzara la onda pandémica en nuestra población".

Una mirada hacia atrás

Sin embargo, esto no siempre es posible. 1918, 1957 y 1968 son tres claros ejemplos de ello, siendo el primero el año de "La gran pandemia de gripe", conocida como Gripe Española. Este nombre, pese a las apariencias, no se debe a que fuera un virus nacional, sino a una cuestión meramente política. La no beligerancia de España en la II Guerra Mundial provocó una mayor atención en la prensa nacional a la pandemia, de manera que los países aliados sólo tenían información del virus a través de dicha fuente.

Crisis social y económica

8 millones de personas resultaron infectadas en mayo de 1918 en España, de las cuales fallecieron alrededor de 300.000. Andalucía, según los datos extraídos del estudio La gripe española: la pandemia de 1918-1919 de Beatriz Echeverri Dávila, tuvo una de las tasas de mortalidad más bajas del país. Concretamente, en la segunda ola (septiembre a noviembre) todas las provincias obtuvieron cifras por debajo de la media nacional, a excepción de Almería que registró 1.402 fallecidos por este virus por lo que es equiparable a la provincia de mayor mortalidad (Burgos, con 1427). La autora destaca como dicho hecho puede deberse a que "la primera ola, más benigna, golpeó con fuerza a la comunidad por lo que un porcentaje importante de la población estaba ya parcial o totalmente inmunizado". "Fue una ocasión para conocer lo peor y lo mejor del ser humano, desde la insolidaridad de algunos o la negligencia criminal de otros, hasta el heroísmo anónimo de miles de personas", afirma Echeverri en su libro al hablar de las reacciones humanas ante la que fue definida como la primera gran crisis del siglo XX.

Entre los factores que influyeron en la elevada mortalidad los historiadores apuntan la virulencia de aquella gripe frente a una población completamente virgen desde el punto de vista inmunológico y a la tardanza de las medidas preventivas. Echeverri apunta al respecto cómo se cerraron las fronteras de Portugal cuando el virus ya estaba dentro y permitieron que se realizaran ferias y corridas de toros cuando ya se conocía la gravedad de la pandemia.

La mutación del virus

"El virus de la gripe presenta mutaciones todos los años. Pero polianualmente lo que sufre el virus no es una pequeña mutación sino una recombinación genética de diferentes tipos de virus, dando lugar a la aparición de uno nuevo muy diferente a los que circulaban los años anteriores. Y esta situación puede dar lugar a una pandemia", explica Barricarte.

A la primera de ellas, le siguieron durante el pasado siglo la Gripe Asiática (1957) y La Gripe de Hong-Kong (1968). En 1977 apareció un nuevo virus A pero no dio lugar a pandemia. "Desde el año 1977 hasta la actualidad habían circulado simultáneamente virus A (H3N2) y virus A (H1N1) hasta la aparición reciente del nuevo virus pandémico An(H1N1)", señala el especialista en vacunas de Pamplona, quien asegura que hoy día nos enfrentamos a un virus que si bien hasta el momento no ha demostrado una mayor virulencia sí que presenta una mayor contagiosidad.

Coincidencias actuales

"La situación actual se parece sólo en una cosa a la pandemia de la "Gripe Española": en que se ceba con la población joven, de entre 20 y 30 años", apunta Juan Luis Carrillo Martos, Catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad de Sevilla e investigador del problema de las epidemias y las enfermedades colectivas. "Hay más alarma social que problema real en mi opinión", apunta.

En este sentido, el doctor Barricarte subraya como a nivel clínico la mayoría de los casos de gripe se resuelven totalmente con tratamiento sintomático. "Para prevenir y evitar casos de gripe debemos tomar medidas de educación sanitaria como toser o estornudar cubriéndonos la nariz y la boca con un pañuelo desechable y tirarlo posteriormente a la papelera, o lavarnos frecuentemente las manos", explica. "Además, para evitar casos de gripe estacional nos debemos vacunar con las cepas recomendadas cada año por la OMS; y por último cuando dispongamos de la vacuna de gripe pandémica utilizarla en la población indicada". En estos momentos en concreto, existe un acuerdo general para vacunar a los mayores de seis meses de edad con patologia previa con riesgo de complicaciones, embarazadas, trabajadores sanitarios que atiendan directamente enfermos y personal esencial para la comunidad.

"Las últimas novedades de vacunas contra la gripe son vacunas activadas con sustancias que potencian el efecto de éstas y para las que se necesita menor cantidad de antígeno, y las vacunas intradérmicas con las que se obtiene una mayor eficacia", apunta Barricarte, quien apunta que la efectividad actual ronda entorno al 63% en los casos confirmados de gripe, del 27% en la reducción de la mortalidad por cualquier causa en mayores de 65 años.

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