Consejos Dr. Parra

Es posible prevenir el cáncer (I). Hábitos de vida saludable

  • Jorge Parra, responsable de la unidad de Medicina Interna del Hospital HLA Inmaculada en Granada, señala algunos aspectos clave para prevenir futuras enfermedades

Llevar una dieta sana es uno de los hábitos de vida saludable.

Llevar una dieta sana es uno de los hábitos de vida saludable.

En el libro El arte de la guerra el General chino Sun Tzu señaló que “la mejor victoria es vencer sin combatir”. En el mundo de la medicina, y en el del cáncer en general, la prevención es la estrategia más eficaz para evitar las graves consecuencias del cáncer.

En los últimos años la incidencia del cáncer en el mundo ha crecido enormemente. La percepción general de que cada vez se diagnostica a más personas de cáncer no es un mito, es un hecho. Si bien, no es menos cierto que este aumento del número de diagnósticos está influenciado enormemente por tres aspectos: al aumento de la población , a la mejora de los test de detección precoz y al aumento de la esperanza de vida.

Existen otros factores que también están relacionadas con el aumento del número de personas que desarrollan cáncer, y es en este aspecto en el que nos centraremos, dado que, hasta cierto punto, sí es posible prevenir el cáncer.

Cada vez existen más evidencias de la relación entre dieta sana y el desarrollo del cáncer

Desde el año 2011 sabemos que hasta el 40% de los cánceres en las mujeres y el 45% en los hombres, se pueden prevenir con modificaciones en los hábitos de vida. Los autores del estudio que dio luz a estas cifras, publicado en la prestigiosa revista British Journal of Cancer, señalan que la mayor parte de este riesgo se evitaría con la abstención de fumar, la reducción de la ingesta alcohólica y la mejora de los hábitos de vida.

Pocas personas tienen dudas acerca de lo que significa dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol, pero no siempre es fácil entender lo que significa modificar los hábitos de vida.

A lo largo de este artículo intentaremos aclarar algunos aspectos del significado de ‘hábitos de vida saludable’ y cuál es la evidencia disponible al respecto. Sin embargo, desde el Servicio de Medicina Interna de HLA Inmaculada recomendamos la lectura del libro editado por la Sociedad Española de Oncología Médica, Mitos y Realidades en Oncología de descarga gratuita desde la página web en el que se abordan muchos temas relativos al cáncer; unos ciertos –por ejemplo el estrés y estilos de vida no adecuados se asocian con la recaída de un cáncer– y otros falsos –como que el cáncer es contagioso, o si los teléfonos móviles producen cáncer–.

Podemos considerar que son hábitos de vida saludables: Realizar ejercicio físico de manera habitual, llevar una dieta sana (evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, aumentar el consumo de alimentos frescos y disminuir el consumo de carnes rojas en favor de pescados y carnes blancas) y evitar el sobrepeso.

El aumento del ejercicio físico se asocia con mejoras en la salud en general. La reducción de peso asociada al ejercicio físico lucha contra la mayor pandemia de la actualidad, la obesidad. En concreto, el aumento de la actividad física se asocia con una reducción de la mortalidad por cáncer de mama, una disminución en la incidencia de algunos cánceres, por ejemplo, el de páncreas y, sobre todo, con una mejora en la calidad de vida de las personas que padecen o han padecido un cáncer. Es por ello que es básico el incremento de la actividad física aeróbica, para vivir más y mejor.

El 40% de los cánceres se pueden prevenir con modificaciones en los hábitos de vida

Con respecto a la dieta, cada vez existen más evidencias de su relevancia como factor implicado en el desarrollo del cáncer. La incidencia de cáncer colorrectal, por ejemplo, es mucho más alta en Europa que en África o en Asia, diferencias explicables por diferencias en la alimentación. El consumo de alimentos frescos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales se asocia con una reducción del riesgo de desarrollo de cáncer por distintos mecanismos. Por un lado, por su elevado contenido en fibra producirían un efecto de arrastre o de atrapamiento de sustancias potencialmente cancerígenas, lo que evitaría que entrasen en contacto con las células humanas, y por otro lado, al ser ricas en vitaminas y minerales, se han asociado a un papel protector frente al estrés oxidativo, y a los procesos de envejecimiento celular.

Es cierto que, con los requerimientos laborales y sociales de la vida actual, es muy difícil seguir las recomendaciones para la prevención del cáncer mediante la dieta. Si nos fijamos en el libro Comer para vencer el cáncer de la Doctora Jiménez Fonseca, especialista en oncología, es difícil seguir todas las recomendaciones si tenemos que comer en casa o tenemos ajustado el tiempo para compaginar trabajo y vida familiar. Recomendaciones como, por ejemplo: comer 3 piezas de fruta al día, 2-3 raciones de verduras al día, pescado azul cocinado al horno tres veces en semana, consumo de ajo y cebolla en todas las raciones posibles, entre otras.

Afortunadamente, los beneficios de la alimentación en la prevención del cáncer, de enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus, hipertensión arterial, etc., no es una cuestión de blanco o negro. Siempre existe beneficio con la modificación de los hábitos dietéticos, cuanto más se ajusten a todas las recomendaciones, mayor será ese beneficio, pero cualquier modificación se traduce en ganancia.

Un reciente artículo publicado en la revista British Medical Journal demostró que el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados como bollería industrial, platos precocinados congelados, pastas instantáneas, sopas preparadas, salchichas, pizzas y hamburguesas , palitos de pescado... se asocia con un aumento del riesgo de aparición del algunos tipos de cáncer. Además,la reducción de este tipo de alimentos se asociaría con una prevención de otros tipos de enfermedades.

Los avances de la medicina nos hacen progresar hacia una vida mejor, sin embargo, no debemos olvidar hechos y conocimientos basados en la observación que han perdurado milenios. Hacia el año 400 a.c., Hipócrates señaló la importancia de una dieta sana y equilibrada, suya es la célebre frase “sea el alimento tu medicina y la medicina tu alimento”. Cerca de 2.500 años más tarde, la ciencia confirma los beneficios de la alimentación sana en la prevención de enfermedades, incluida la prevención del cáncer. Seamos inteligentes e introduzcamos variaciones en nuestros hábitos dietéticos que nos permitan disfrutar de una vida plena y sana.

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