enfermedades crónicas

Los pacientes piden mejoras en la valoración de la discapacidad

  • Desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes subrayan que el baremo es una foto fija, pero que las enfermedades crónicas no, y por ello reclaman una mejora en la normativa

Acto del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, cuyos pacientes reclaman el 33% de discapacidad con el diagnóstico.

Acto del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, cuyos pacientes reclaman el 33% de discapacidad con el diagnóstico. / archivo

Según datos del INE, en España unas 3.800.000 personas sufren algún tipo de discapacidad. Esto supone el 8,5% de la población, afectando más a las mujeres (59,8%). Las personas que sufren esta condición que limita o impide a la persona su vida diaria, también están en edad activa. En concreto, según datos del Informe Olivenza 2017 del Observatorio Estatal de la Discapacidad, el 5,9% de la población activa (1.774.800 personas) tienen algún grado de discapacidad.

Igualmente, este informe señala que actualmente hay 400.000 pensionistas de la Seguridad Social con pensiones de incapacidad, y el 19,85% de estas personas con discapacidad se encuentran en Andalucía.

Las discapacidades físicas representan el 60% de los casos reconocidos

Pese a estas cifras, desde el servicio de Clínica Legal de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) explican que "muchas personas que padecen una enfermedad crónica, pero no grave, se encuentran con que no superan el baremo necesario para conseguir el certificado de discapacidad". En este sentido, "desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes reclamamos una normativa que proteja estas situaciones de vulnerabilidad, en las que se encuentran las personas con una enfermedad crónica".

Tal y como explica Hermenegildo Marcos Carreras, representante nacional de Atención Primaria Rural de la Organización Médica Colegial (OMC), hay que entender que hay diferentes tipos de discapacidad, "siempre entendiendo que la persona no es discapacitada, sino que está discapacitada". En este sentido, distingue entre discapacidades físicas, que representan el 60% de los casos y son aquellas en las que "hay una disminución o ausencia de las funciones motoras"; las discapacidades sensoriales, que suponen el 18%, "sobre todo las visuales y auditivas con una prevalencia de 26-27 cada 1000 habitantes"; las discapacidades psíquicas, "por ejemplo, esquizofrenia o depresión mayor que representan alrededor del 4% de las personas con discapacidad" y, por último, la discapacidad cognitiva, que se da cuando "una persona no tiene la capacidad de aprender a niveles esperados", pero que nunca debe confundirse con una patología mental, y suponen el 11% de los casos. La cuestión es que es difícil englobar cada caso en una categoría.

Tal y como recuerdan desde la POP, actualmente estas personas con diversidad funcional han de solicitar un certificado de discapacidad, que no es sino el documento oficial "que reconoce un determinado grado de discapacidad a un paciente y que, por ello, le otorga un estatus de especial protección por los poderes públicos, al permitirle el acceso a determinadas medidas". Estas son algunas como la percepción de pensiones no contributivas, excepciones fiscales, ayudas para acceder al empleo o a formación, la jubilación anticipada, o descuentos en servicios públicos como transporte, actividades culturales, etc. Desde la OMC aclaran que para su solicitud "es necesario recopilar todos los informes médicos, psicológicos y sociales, incluidos los reconocimientos previos, cumplimentar la solicitud correspondiente y presentarla en el registro adecuado", aunque el procedimiento puede diferir entre unas CC.AA y otras. Posteriormente la valoración depende del grado de discapacidad asignado, "que va desde la nula discapacidad hasta la muy grave con imposibilidad para las actividades de la vida diaria", aunque la cifra mínima para recibir el certificado es el 33%.

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