La enfermedad de alzheimer

La pandemia ha tenido un impacto negativo en pacientes afectados por esta patología neurodegenerativa y en su entorno familiar

El Alzheimer es el tipo de demencia neurodegenerativa más común. Se estima que unos 800.000 españoles lo padecen y en todo el mundo más de 40 millones de personas, aunque se prevé que en los próximos 20 años el número de afectados se duplique por el envejecimiento de la población. Y como actualmente las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres, la prevalencia de casos es tres veces superior en ellas. La edad es sin duda el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad, pero existen otros como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o la diabetes. A excepción de la edad, todos estos factores son modificables. Por este motivo, fomentar estrategias de prevención podría ayudar a reducir el número de casos. Los estudios revelan que una reducción de al menos un 25% en estos factores podrían ayudar a prevenir entre 1 y 3 millones de casos de alzhéimer en el mundo.

Aunque se manifiesta en la tercera edad, ahora se sabe que hasta 15 o 20 años antes de que debuten los primeros síntomas ya se están produciendo daños en el cerebro. Por ello, actualmente se estudia cómo prevenirla modificando aquellos factores de riesgo que se pueden cambiar.

Según estas investigaciones, la mitad de casos de alzhéimer se pueden prevenir mediante la educación, controlando los factores de riesgo cardiovascular, llevando un estilo de vida y una alimentación saludable y mediante los tratamientos farmacológicos. Además, es fundamental la práctica de ejercicio físico. De hecho, las personas mayores que practican deporte tienen menos riesgo de demencia que las sedentarias. Es importante mantener una vida social activa. Para ello, es necesario salir de casa y conversar con gente para estimular nuestra mente. Es necesario asimismo mantener la actividad intelectual ya que es una buena fórmula para resistir las afectaciones que la enfermedad puede producir en el cerebro.

La pandemia ha tenido un impacto negativo sobre estos pacientes y sus familias. Primero fue el confinamiento, junto con las restricciones a la movilidad y los cambios de rutina. Según un estudio de la Sociedad Española de Neurología casi el 100% de los pacientes con deterioro cognitivo empeoró con el confinamiento, sobre todo los que padecen demencia por la Enfermedad de Alzheimer.

A nivel conductual, este empeoramiento se ha visto reflejado en la aparición de síntomas como irritabilidad, ansiedad, trastornos del sueño y agresividad. Pero también han aparecido otros como delirios o depresión. Para los expertos, que los pacientes hayan visto mermada su enfermedad se debe a múltiples causas como interrumpir sus paseos, las actividades físicas y de estimulación cognitiva y también a la falta de contacto familiar y social. Una situación que también ha afectado a los cuidadores.

Finalmente, el confinamiento ha podido acelerar la aparición de nuevos casos de procesos neurodegenerativos, ya que un 60 por ciento de los neurólogos afirma que aumentaron los nuevos diagnósticos desde que empezó comenzó el coronavirus. Es lo que hay. Seguro.

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