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Los peligrosos riesgos de tratar la bronquiolitis con amoxicilina

Los peligrosos riesgos de tratar la bronquiolitis con amoxicilina

Los peligrosos riesgos de tratar la bronquiolitis con amoxicilina

Cada año la temporada de frío viene cargada de un cóctel de virus de incidencia estacional que se desenvuelven mejor con las bajas temperaturas. En los últimos dos años, la pandemia de Covid ha borrado del mapa a algunos microorganismos o los ha trasladado a fechas poco habituales del calendario, alterando sus ciclos estacionales, y borrándolos del panorama sanitario del que eran protagonistas. Estos patógenos suelen reproducirse a temperaturas entre 33 y 35 grados centígrados, las mismas que encontramos en las fosas nasales y el tracto respiratorio superior, donde proliferan. Esta temporada, tras dejar atrás las medidas de protección y volver a exponer a nuestro sistema inmune a su presencia, tras el letargo parecen haber vuelto con más fuerza. Una de las más comunes causadas por estos virus es la bronquiolitis, causada por el virus sincitial (VSR).

Concretamente, en esta ocasión, más allá de los comunes resfriados o las neumonías, los pediatras están preocupados por el aumento de casos diario del brote de bronquiolitis en niños. Se trata de una infección respiratoria que sucede cuando las vías respiratorias pequeñas llamadas "bronquiolos" se infectan con un virus. Se inflaman y se llenan de mucosidad, lo que dificulta la respiración. Normalmente, la mayoría de los casos se pueden tratar en casa y sin grandes complicaciones. Si se produce una complicación, se produce una infección aguda que supone el 18% de las hospitalizaciones pediátricas.

El período de incubación es de 2 a 8 días, generalmente de 4 a 6 días. La presentación clínica comienza con síntomas de las vías respiratorias superiores, como secreción nasal, estornudos y tos con o sin fiebre. Durante 1 a 4 días, la tos se vuelve más persistente con inquietud, rechazo a comer y dificultad para respirar consistente con el aumento de la frecuencia respiratoria y/o quejido espiratorio. Los antibióticos pueden tratan con eficacia estos síntomas, pero existen algunos que se han usado de manera común con el paso de los años y ya no resultan tan efectivos. La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas de salud más urgentes del mundo.

Amoxicilina, no reduce los síntomas

En primer lugar, los expertos recomiendan que no se usen antibióticos para tratar de aliviar los síntomas de la bronquiolitis si no se presentan otros problemas de salud. Una recomendación que muchos ignoran y que se ha notado en el abastecimiento de algunos fármacos,  por ejemplo la amoxicilina. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios señaló que el "incremento de la demanda, debido a la alta incidencia de infecciones respiratorias y la coincidencia de problemas de producción en los dos laboratorios, puede retrasar la normalización en el suministro de algunas farmacias", aunque el suministro normal ya se ha restablecido.

Sin embargo, su uso para los virus respiratorios está lejos de ser un remedio. Los antibióticos solo son eficaces en las infecciones bacterianas y no en las víricas. De hecho, el mayor ensayo realizado sobre el uso de amoxicilina en infecciones respiratorias infantiles, publicado en The Lancet, revela que tampoco es útil para aliviar los síntomas.

"Los niños que reciben amoxicilina para las infecciones en el pecho en las que el médico no cree que el niño tenga neumonía no se recuperan mucho más rápido", subraya Paul Little, profesor de investigación de atención primaria en la Universidad de Southampton y autor principal del estudio.

De hecho, el estudio demostró que los niños que tomaron antibiótico mejoraron un 13% más rápido. También en aquellos que presentaban síntomas más graves. Pero su uso no solo es contraproducente, sino que puede implicar otros problemas.

 RIESGOS

En niños con bronquiolitis grave, sobre todo prematuros, menores de 3 meses, cardiópatas o inmunodeficientes tienen más riesgo de complicaciones, siendo las más graves la apnea y el fallo respiratorio. Solo si se presentan otras patologías o alteraciones en la analítica sanguínea que muestre indicios de coinfección o sobreinfección bacteriana. Los antibióticos pueden ser útiles en personas que tienen otros problemas, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), neumonía, otros problemas respiratorios a largo plazo (como asma o fibrosis quística) o insuficiencia cardíaca.

Si no es así, el problema de dar amoxicilina cuando no se debe puede provocar uno de los riesgos que más preocupa a la comunidad médica: la resistencia a los medicamentos. Las bacterias son organismos que evolucionan muy rápido ya que se dividen a grandes velocidades, por lo que la probabilidad de aparición de mutaciones resistentes aumenta con su utilización indiscriminada e incorrecta.

De hecho, las clases de antibióticos más afectadas por las resistencias adquiridas por los patógenos son las  fluoroquinolonas y los antibióticos betalactámicos. La amoxicilina pertenece al segundo grupo. Consumirlo fuera de prescripción médica puede contribuir a provocar muertes en el futuro por otras causas.

Asimismo, entre los efectos secundarios comunes también se encuentran la diarrea, los retorcijones o hinchazón estomacal o los vómitos. Por ello, los médicos recomiendan que la bronquiolitis se centre en tratar el alivio de los síntomas. 

Los medicamentos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno para reducir la fiebre y los dolores corporales (solo en casos que sean lo suficientemente mayores). La hidratación es importante, asegúrese de que su hijo bebe lo suficiente, ofreciéndole líquidos en pequeñas cantidades y con frecuencia constante. Para despejar la nariz de su hijo y aliviarle la congestión nasal, pruebe a utilizar un aspirador nasal y gotas nasales de solución salina. Los lavados con suero y la oxigenación también son fundamentales, sobre todo cuando los síntomas empeoran.

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