Un estudio elaborado por científicos de Estados Unidos, Rusia y Singapur a cargo de la revista científica ‘Nature Communications’  ha colocado el límite de edad que podría vivir el ser humano en 150 años, para ello será necesario llevar un estilo de vida saludable. 

Esta investigación demuestra que la esperanza de vida se basa en la edad biológica y la resiliencia de las células, es decir, su capacidad y rapidez para volver a la ‘normalidad’ tras un episodio de estrés. En este sentido, la longevidad tendría que ver con estimar la edad biológica de las células y  ser capaces de aumentar su capacidad de resiliencia. Los científicos calcularon que alrededor de los 120 a 150 años el cuerpo humano pierde completamente dicha ‘resiliencia’, lo cual se traduce en la incapacidad para ‘recuperarse’.

Este descubrimiento estaba enfocado en  el tratamiento de enfermedades crónicas o factores genéticos pero va más allá. Según Peter Fedichev, autor principal del estudio e investigador del Instituto de Física y Tecnología de Moscú,  “la estrategia de reducir la fragilidad, es decir, reducir la carga de la enfermedad, sólo tiene una capacidad incremental para mejorar la vida”. Si otras investigaciones validan los hallazgos presentados, hay posibilidad de que incluso los seres humanos superen la barrera inicial de los 150 años.

Esto tiene que ver con la edad biológica del ser humano, que es distinta a la cronológica. La biológica tiene que ver con la salud de las células, según el estado que tengan, tendrán una edad, que no, necesariamente, se corresponde con la cronológica. La clave está en disminuir la edad biológica en comparación con la edad cronológica.

El estudio explica que a medida que se envejece, el ritmo de recuperación del estrés (ya sea una enfermedad, la falta de sueño o incluso un duro entrenamiento) se ralentiza. “Si no se ataca la pérdida de resiliencia, cualquier intervención médica fracasará”, concluyen los expertos.

Andrei Gudkov, coautor del estudio, sostiene que el tema de la resiliencia de las células es fundamental para establecer los roles de la longevidad humana. Además, establece que el tratamiento y la prevención de enfermedades solo mejorarían la esperanza de vida promedio, pero no la máxima.

Los investigadores también desarrollaron una aplicación para estimar la edad biológica basándose en factores como el estilo de vida y enfermedades, para así poner solución a cada persona y poder tratar cada caso para reducir la edad.