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El exceso de calorías incide en una zona del cerebro vinculada a las adicciones

  • Un nuevo estudio en ratones alimentados con dieta hipercalórica describe un fuerte efecto sobre la conducta alimentaria

Rafael Maldonado.

Rafael Maldonado. / archivo

El consumo prolongado de alimentos altamente calóricos y apetitosos provoca cambios importantes en la funcionalidad del núcleo accumbens del cerebro, vinculado a adicciones, según un estudio liderado por científicos de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona.

Estos cambios tienen un impacto profundo en las conductas alimentarias y son debidas a la activación de la microglía y de procesos inflamatorios en esa región cerebral, ha informado este miércoles la UPF en un comunicado.

Para el estudio, publicado en la revista Addiction Biology, un grupo de ratones fue expuesto a lo que los expertos consideran una dieta de cafetería, es decir, acceso ilimitado a comida estándar y chocolatinas con alto valor calórico.

El equipo liderado por Miquel Martín y el gaditano Rafael Maldonado ha comprobado que esta dieta provoca la activación de la microglía, las células inflamatoria del cerebro, en una región importante del sistema le recompensa y que tiene un papel crucial en el desarrollo de conductas adictivas, como es el núcleo accumbens.

"En un cerebro sano, la microglía se encarga de eliminar sinapsis no deseadas para ayudar en la maduración de los circuitos neuronales, pero, si la poda sináptica no funciona correctamente, puede resultar en una pérdida excesiva sinapsis, como sucede, en el Alzheimer", ha dicho Martín.

La inflamación crónica inducida por la microglía afecta a las conexiones neuronales del núcleo accumbens, favoreciendo la adicción a la comida y el aumento de peso excesivo.

Para comprobar el impacto que la microglía y la neuroinflamación ejercen en el funcionamiento del núcleo accumbens, los investigadores trataron a los ratones que seguían la dieta de cafetería con un inhibidor de la microglía. Estos ratones respondieron al tratamiento con la disminución de la ingesta de alimentos y la reducción del aumento de peso. "La identificación de este proceso neuroinflamatorio subraya la importancia de los circuitos de recompensa en las alteraciones del comportamiento que conducen a la obesidad", señala Martín. "Además, sugiere el interés de la respuesta neuroinflamatoria como posible diana para tratar la obesidad".

"Mientras que antaño esta enfermedad se asociaba únicamente a los países de altos ingresos, la obesidad se ha convertido en una enfermedad prevalente también en países de ingresos bajos y medios", asegura Martín. Y concluye, "Necesitamos encontrar un tratamiento para la obesidad, y tal vez tratar la adicción a la comida sea una aproximación complementaria para ello".

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