Salud y Bienestar

Los endocrinos creen que se ha puesto el listón muy alto para demostrar los riesgos

La Endocrine Society, que agrupa a 18.000 miembros, incluidos científicos, médicos, educadores, enfermeras y estudiantes en 122 países, ha expresado sus continuas preocupaciones por los criterios de la Unión Europea (UE) para la regulación de sustancias químicas que interrumpen el sistema endocrino (EDC) en plaguicidas y biocidas no van lo suficientemente lejos como para proteger la salud pública.

Los criterios para los biocidas entraron en vigencia el pasado día 7 y se implementarán de acuerdo con un documento de orientación emitido por la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Los expertos científicos de la Sociedad siguen preocupados por los criterios finales, que exigen un nivel excesivamente alto de pruebas para demostrar que una sustancia química es un disruptor endocrino, y que el documento de orientación crea barreras adicionales innecesarias para la regulación de EDC dañinos. La Endocrine Society afirma que el hallazgo de un efecto adverso que involucre hormonas o sistemas endocrinos debería ser suficiente para identificar una EDC. "No se debe requerir un estudio detallado de la acción y los mecanismos", explican.

Además, la guía tiene un alcance limitado. Solo analiza cuatro vías endocrinas y no aborda otras vías que afectan funciones importantes como el metabolismo, el peso corporal y la acción de la insulina. Las regulaciones de la EDC deben diseñarse para proteger a las poblaciones más vulnerables, incluidos los fetos, los niños y los adolescentes, de efectos irreversibles. Los EDC se encuentran en una serie de productos, incluidos materiales en contacto con alimentos, productos químicos de fabricación, juguetes para niños, cosméticos y productos de cuidado personal. Esas posibles fuentes de exposición deben abordarse más allá de las leyes de biocidas y plaguicidas de la UE.

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