Los criterios de salud deben ser un elemento clave en el diseño de infraestructuras sanitarias, recalca el doctor en Farmacia y experto en sanidad ambiental Enric Aulí, quien sostiene que "todo nuevo edificio debe ser sostenible, pero también ha de ser saludable". Y esto, remacha, significa que, además de evitar los llamados 'edificios enfermos' que por sí mismos provocan patologías, "el objetivo es conseguir edificios 'sanadores', no solo sanos".

La propuesta es aún más necesaria en las construcciones sanitarias, y de ahí el interés de Aulí en recopilar en un libro (Sostenibilidad en centros sanitarios, editado por Plataforma y auspiciado por Grupo Ferrer) las mejores prácticas en ese ámbito, que incluyen en el caso andaluz al Hospital Virgen de las Nieves de Granada. Él mismo ha participado o sido testigo de ese esfuerzo por lograr equipamientos saludables que 'ayuden' a curar al paciente, tanto en la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona y en el ámbito de la salud pública en diversas Administraciones, como en su condición de experto en sostenibilidad de una gran promotora o como en sus primeros años de profesor de Sanidad Ambiental en la Facultad de Farmacia de la capital catalana.

Aulí alerta del riesgo de "confundir la parte con el todo" al considerar que "lo sostenible es el medio ambiente", cuando en realidad "es mucho más, y debe integrar aspectos económicos, sociales y ambientales", como dejó claro en 1992 la Cumbre de Río sobre medio ambiente y desarrollo. En ese contexto, aboga por "redefinir la sostenibilidad" y no olvidar que hasta "la globalización tiene un aspecto sanitario", como demuestra el "mercado mundial de neumáticos reciclados, que ha traído el mosquito tigre, con el consiguiente riesgo de enfermedades".

El autor de "Sostenibilidad en centros sanitarios", que considera fundamental la participación de los profesionales sanitarios en el diseño y proceso de construcción sostenible, confía en que la inclusión de la salud integral en ese proceso "será uno de los motores del necesario cambio de modelo de sociedad que ya se avecina". Un nuevo rumbo aún más imprescindible porque, como él mismo señala, los edificios derrochan energía (consumen el 40%, y otro 40% de materias primas, lo que se traduce en un "40% de las emisiones del CO2 responsable del cambio climático"), y porque la "defectuosa calidad de las viviendas" está en el origen de muchas enfermedades, incluida buena parte de trastornos circulatorios y alergias y un inquietante 10% de los cánceres de pulmón en Europa, debidos "al gas radón que está en los edificios". En su análisis de los "edificios sanadores", el experto sugiere varias iniciativas para disminuir los costes de energía, como el bioclimatismo, que aprovecha las condiciones meteorológicas del lugar para mantener la temperatura de los centros sanitarios; como el buen aislamiento o como la eficiencia de las instalaciones. En este apartado cita al Virgen de las Nieves granadino por elaborar un "protocolo de control de la iluminación y la generación de energía" junto a la Fundación para la Investigación Biosanitaria en Andalucía Oriental. Y, por supuesto, la incorporación de energías renovables.

En cuanto a la existencia de productos químicos en el edificio, Aulí destaca el "plan de eliminación del mercurio en sus hospitales (termómetros, fluorescentes, mantas eléctricas, equipos de electromedicina)" impulsado por el Servicio Andaluz de Salud.