Salud sin fronteras

josé Martínez Olmos

Salud y prevención en verano

CON la llegada del verano y las vacaciones escolares, cambian muchos de los hábitos de vida en las familias y en especial en los niños y niñas. La salud infantil es un estado que hemos de cuidar de manera continua y estas fechas requieren la máxima atención y cuidado.

Los baños en piscinas, rios o en el mar son algo habitual y diario para millones de chavales en nuestro país. En estas situaciones es enormemente relevante adoptar una actitud de prevención activa ante los riesgos que los baños suponen para la salud infantil.

Es clave el aprendizaje para que sepan nadar y en caso de que aún no haya sido posible enseñarles, vigilar de manera continua el baño.

Es imprescindible también enseñar a los niños y niñas a lanzarse al agua con garantía de que hay profundidad suficiente para evitar lesiones traumáticas que en muchas ocasiones acaban con daños medulares graves.

La protección solar es algo ineludible porque está demostrada la relación entre el cáncer de piel y la exposición al sol. Y esta protección solar requiere el consejo experto que podemos encontrar en los profesionales de la farmacia para asegurar que es una protección eficaz.

De igual forma, asegurar que los niños y niñas tienen una alimentación adecuada en este periodo estival que sea capaz de complementar adecuadamente los requerimientos nutricionales que una actividad física relevante exige. La hidratación suficiente es un requisito básico para un adecuado disfrute de las actividades recreativas que llenan muchas horas del día en esta época de verano. Y la prevención de intoxicaciones alimentarias requiere el manejo adecuado y la conservación de alimentos evitando que el calor les afecte.

Uno de los principales motivos de morbilidad y de mortalidad infantil es el causado por los accidentes. Muchos de estos accidentes infantiles en la época de verano están vinculados a las actividades recreativas habituales en estos meses.

La prevención de los accidentes requiere una intensa vigilancia y educación tanto a madres y padres como a tutores y personal encargado de su cuidado. Pero también, hay que trasladar información a los propios niños y niñas.

El verano es una época con muchas oportunidades para el disfrute y el esparcimiento y estas reflexiones no pretenden generar ansiedad y preocupación a madres y padres. Se puede disfrutar de esta época al tiempo que se pueden tener en cuenta todos estos consejos sin que ello tenga por qué generar ansiedad y preocupación excesivas. El esparcimiento y estas reflexiones no pretenden generar ansiedad y preocupación a madres y padres. Se puede disfrutar de esta época al tiempo que se pueden tener en cuenta todos estos consejos sin que ello tenga por qué generar ansiedad y preocupación excesivas.

Miremos el verano desde una perspectiva positiva ya que todos los riesgos para la salud infantil tienen posibilidades ciertas de ser evitados con una actitud preventiva.

Que el verano sea alegre, positivo y saludable está en nuestras manos. Hagamos todo el esfuerzo necesario y podremos vivir estos meses con el espíritu positivo que ayuda a encontrar el bienestar y la felicidad.

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