Artritis psoriásica

Objetivo: detección precoz

  • El principal signo de alerta en artritis psoriásica es tener psoriasis y dolor, especialmente hinchazón en la rodilla, dolor muscular o de espalda que dificulta el descanso por la noche

El virus se transmite a través del contacto directo con las secreciones respiratorias de las personas afectadas.

El virus se transmite a través del contacto directo con las secreciones respiratorias de las personas afectadas. / archivo

La Sociedad Española de Reumatología (SER) ha celebrado esta semana en la capital catalana el I Simposio de Artritis Psoriásica. Esta enfermedad crónica que afecta a las articulaciones, evoluciona de manera irregular a lo largo de la vida, alternando épocas de inactividad y otras de inflamación y dolor.

"Es una enfermedad inflamatoria, no contagiosa y de carácter inmune, en la que el diagnóstico precoz es esencial. Se creía que era una enfermedad leve, pero la mitad de los pacientes pueden presentar un una enfermedad asociada. Y hasta el 20% pueden presentar tres o más. Las más frecuentes son la obesidad, la diabetes y la depresión y ansiedad", ha explicado el doctor Juan Cañete, del Hospital Clínico de Barcelona y responsable de la organización del simposio.

Afecta por igual a hombres y mujeres y las causas siguen siendo desconocidas

Los datos del estudio de prevalencia de enfermedades reumáticas en población adulta en España (Episer) estima que en España hay 250.000 afectados, el 0,58% de la población, aunque otros trabajos calculan que entre el 6 y el 15% podría sufrir la enfermedad. Uno de cada tres pacientes tiene los primeros síntomas antes de los 16 años.

"El principal signo de alerta es tener psoriasis y dolor, especialmente hinchazón en la rodilla, dolor muscular o dolor de espalda que le despierta por la noche. También hay que sospechar si algún familiar está afectado, pero no hay dos pacientes iguales", alerta el experto. Afecta por igual a hombres y mujeres y las causas de la enfermedad no se conocen.

Como ha recordado el doctor Juan Jesús Gómez-Reino, presidente de la SER, en el diagnóstico, es fundamental la coordinación entre especialistas como el médico de cabecera y el dermatólogo. Se suelen utilizar pruebas de imagen para diagnosticarla, como radiografías, así como análisis de sangre, que permiten descartar otros tipos de artritis.

Existen numerosas opciones de tratamiento, que es personalizado, con una toma de decisiones compartida por el médico y el paciente. Entre otros, antiinflamatorios no esteroideos -como el ibuprofeno-, los corticoides, los fármacos modificadores de la enfermedad y los fármacos biológicos.

"El avance en este campo ha sido espectacular en los últimos 30 años: ahora, en la sala de consulta, no se diferencia a los pacientes de los acompañantes. Como todos los medicamentos, tienen efectos adversos, pero el balance riesgo-beneficio es muy favorable. Lo que tiene más efectos adversos es no tratar", opina el presidente de la Sociedad Española de Reumatología. Al paciente se le recomienda una vida saludable, que cuide la piel a diario, que descanse las horas necesarias, que realice ejercicio, siga una dieta sana y reduzca el estrés. Un aspecto muy relevante es el apoyo familiar y laboral, por lo que se aconseja que el paciente no se aísle y salga con amigos y familiares. Involucrarse en una asociación de pacientes permite compartir experiencias, mantenerse informado y ayuda en el apoyo psicológico.

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