Política y alta sociedad

Se marcha un abril gélido: Visitas, encuentros y un regaliz compartido

  • El Club Siglo XXI de Madrid sigue siendo un referente del entendimiento democrático

  • La Reina Sofía continúa su gira para conocer los Bancos de Alimentos de España

  • Enrique Ponce y Ana Soria protagonizan otra escena romántica

Isabel Díaz Ayuso habla con Fernando Martínez de Irujo en el Club Siglo XXI de Madrid.

Isabel Díaz Ayuso habla con Fernando Martínez de Irujo en el Club Siglo XXI de Madrid. / D. S.

Se marchó el segundo abril de nuestras vidas sin el envoltorio propio que trae la primavera por estas tierras. Perdonen el arranque de melancolía en el inicio de estas líneas que ustedes tienen la gentileza de soportar cada semana. El caso es que abril dijo adiós sin las fiestas propias de un tiempo que hasta 2020 nos hacía abrir el ropero (lo del armario es otra cosa bien distinta) para desenfundar los ropajes de una estación que hace que nos cambie la piel por unos días. Una metamorfosis kafkiana con la que sobrellevábamos mejor la vida. Volantes, túnicas, mantoncillos y antifaces. Un repertorio con el que afrontar esta estación maldita para los que, como éste que les escribe, sufrimos la dura penitencia de la alergia. 

Abril se fue cargado de nubarrones negros y nos trajo mayo, que también pregona tormentas, y no precisamente de las que cubren el cielo. Lea usted las noticias sobre la campaña electoral en Madrid y comprenderá que el ambiente político que allí se respira no lo supera ni Filomena con su temporal de nieve ni Lola con sus borrascas traicioneras. Abran el paraguas (o la sombrilla, en este caso) porque la cosa está que echa fuego, con cartas que traen ingratas sorpresas en los sobres y escánares que debieron resultar muy baratos, a tenor de lo que dejan pasar sin inmutarse. "Serán frígidos". Pues eso. 

Y entre tanto mal rollo (que dirían los más jóvenes) de balas y cruces de navajas (memorable éxito de Mecano), siempre queda algún espacio para el entendimiento, para el respeto por las ideas contrarias, que es algo que nos enseñaron en casa -y en la escuela- a los que nacimos bajo los postulados del régimen del 78, como así llaman ahora los millennial (palabra horrible donde las haya) al periodo fecundo de la Transición, época, por cierto, que marcó un estilo preciso (que no precioso) en la forma de vestir. De hecho, aún quedan trajes que se exhibían hasta hace poco en las añoradas fiestas primaverales (especialmente en ciertos círculos cofradieros) que datan de aquellos tiempos. Dignos de ser sometidos a las pruebas del carbono 14. 

La apuesta por el entendimiento

Si hay algún ejemplo claro -y vivo- de esa apuesta por el entendimiento es el Club Siglo XXI de Madrid, donde el pasado miércoles la presidenta y candidata a revalidar el cargo en esta comunidad, Isabel Díaz Ayuso (su corte de pelo asimétrico también ha creado tendencia), fue presentada antes de que pronunciara su discurso por Nicolás Redondo, el histórico líder sindicalista y miembro del PSOE en aquellos años donde la cazadora de pana se convirtió en algo más que una prenda de abrigo. Todo un símbolo de la época. 

A este almuerzo coloquio asistió, entre otros invitados, Fernando Martínez de Irujo, quien departió con Ayuso al final del encuentro. Debe recordarse el papel tan importante que tienen en este club Paloma Segrelles (presidenta de honor) y su hija, dos de los nombres más destacados de la sociedad madrileña. 

Y mientras Madrid se encuentra en vísperas del 4 de mayo, por tierras andaluzas estamos a la espera del alzamiento, pero no se me asusten ustedes, apreciados lectores, que no se trata de fusiles ni de tanques, que aquí el tono belicista se encuentra muy apaciguado. Les hablo del alzamiento del termómetro, que en pocos días se pondrá en los 30 y alejará esa incertidumbre en la indumentaria que llevamos soportando desde hace un mes. Y es que no hay mayor imprecisión que la que aporta la primavera al ropero. Un día de lluvia y chaqueta y otro de sol y manga corta. 

Una visita muy esperada

Sin ir más lejos, el pasado lunes, a eso de las cuatro de la tarde, se sucedieron los chubascos y los rayos de sol cuando la Reina Sofía acudió a las nuevas instalaciones que el Banco de Alimentos de Sevilla posee en Mercasevilla. La visita de la madre de Felipe VI estaba programada el año pasado, cuando dicha institución cumplió las bodas de plata en la capital andaluza, pero la pandemia hizo que se retrasara. Doña Sofía lucía para la ocasión un conjunto de chaquetón y pantalón en tonos blancos y azules, de inspiración marinera. A sus 82 años, continúa con la ruta para conocer los Bancos de Alimentos de toda España, con los que la fundación que lleva su nombre mantiene un acuerdo de colaboración desde 2012. 

La Reina Sofía en su visita al Banco de Alimentos de Sevilla. La Reina Sofía en su visita al Banco de Alimentos de Sevilla.

La Reina Sofía en su visita al Banco de Alimentos de Sevilla. / Antonio Pizarro

Doña Sofía firmó en el libro de visitas y luego acudió al amplio almacén donde se guardan los víveres que aportan numerosas firmas de alimentación a esta institución, que se encarga de suministrarlos a las distintas ONG, las cuales se lo hacen llegar a las familias más necesitadas, y a comedores sociales. Entre los asistentes a esta visita se encontraba la modelo y empresaria Raquel Revuelta, que lució chaqueta y pantalón blanco de pata de elefante. 

Y antes de acabar y de que lleguen los 30 grados, no se me puede olvidar mencionar el último vídeo protagonizado por Enrique Ponce y Ana Soria, la pareja más popular de esta pandemia a la que hacía tiempo que no nombraba por aquí. El Maestro de Chivas y la almeriense han vuelto a ser noticia después de que se grabaran en un vídeo -subido a las redes- en el que se comían un regaliz. "¿Cómo"?. Sí, un arrezú o palodú, como usted prefiera llamarlo. El caso es que cada uno lo mordía por un extremo hasta llegar al centro y rozar sus labios. "¡Por Dios bendito!". Eso lo hemos visto casi todo los mortales en la clásica escena de Golfo y Reina (sin segundas) en La Dama y el Vagabundo, pero ellos han optado por un producto que la sube por las nubes. La tensión, me refiero. 

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