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ANDALUCES EN ZARAGOZA

Las sombras de Expoagua

  • Dos sevillanos han diseñado espacios en la muestra de Zaragoza. Ingenieros andaluces han asesorado y creado contenidos. Una ocasión para revivir la Exposición Universal de Sevilla de 1992

La sombra del 92 ha llegado a Zaragoza. Dos arquitectos sevillanos se han encargado de cubrir parte de la recién inaugurada muestra de Zaragoza. Uno de ellos es Félix Escrig, padre del Palenque, entre otros edificios de la muestra universal, y de las pérgolas vegetales y umbráculos de puerta de Triana. El otro es José Sánchez, que comparte departamento con el primero en la Escuela Superior de Arquitectura de la Hispalense.

Juntos y, con nostalgia del 92, asumieron hace dos años varios retos en Zaragoza. El primero, que sólo ellos han sido capaz de resolver, consistía en cubrir parcialmente medio kilómetro de la calle donde los visitantes de la muestra aguardan cola para acceder a los pabellones de los participantes. “El encargo en sí no hubiera revestido mayor problema de no ser porque no podían realizarse anclajes en los edificios existentes por no estar dimensionados para ello, ni tampoco instalarlos en la vía pública porque podrían entorpecer otras actividades”, explica Escrig. La solución: aprovechar el leitmotiv de la exposición, el agua, y construir un río textil que discurre por lo alto de la calle y en su sombra sobre el pavimento, siempre paralelo al Ebro, que recorre el recinto. Una pieza de 400 metros de longitud compuesta por trece módulos que serpentea a 17 metros de altura. El alarde arquitectónico se completa con el diseño del artista Isidro Ferrer, autor de los dibujos que tiñen los toldos y dejan un mensaje en el pavimento.

Escrig reconoce que la cubierta textil, uno de los principales atractivos de Expoagua, no ha conseguido bajar la temperatura hasta 4 ó 5 grados, como se consiguió en Sevilla en el 92 con las pérgolas con vegetación y microclima incluido. Los sevillanos también son los encargados de diseñar otras sombras. Hasta 250 sombrillas para veladores están repartidas por todo recinto. La Universidad de Sevilla está gestionando la patente, pero el trámite sigue abierto.

El contacto de los arquitectos con otros asesores que trabajaron en Sevilla hace 16 años y aportan su experiencia les animó a presentar otros proyectos. La firma de los sevillanos también está en otros dos edificios. Son dos plazas temáticas denominadas Agua Extrema e Inspiraciones Acuáticas. Había un tercer proyecto que no ha visto la luz, la cubierta del auditorio. “Al final optaron por otra solución más fácil, la muestra se ha levantado en muy poco tiempo y se ha tenido que incrementar el presupuesto para su finalización”, explica Escrig.

De Agua Extrema los visitantes salen como si hubieran vivido un auténtico tsunami de emociones, que es lo que se pretende. De hecho, nada más entrar les colocan un chubasquero, que sirve de poco. Los andaluces sólo son los responsables del contenedor de toda la tecnología que permite sonidos, imágenes y sensaciones que simulan un maremoto. “Por dentro el edificio tiene una doble capa de vidrio, de color azul intenso, como el fondo del mar a 20 metros de profundidad, y por fuera, el espacio tiene la forma de una gran ola que se consigue con el uso de estructuras de chapa y efectos de espuma”, explican los arquitectos. Un juego geométrico que llama poderosamente la atención nada más que el visitante se adentra en el recinto tras cruzar el famoso Pabellón Puente de Expoagua. Y, muy cerca, la segunda obra con sello andaluz, un pabellón en forma de concha en el exterior donde se celebra cada día el espectáculo del argentino Pichón Baldinu. Por dentro es un cubo negro con aforo para 3.000 personas “y que no ha quedado exactamente como lo proyectamos”, explican. Suele ocurrir en la mayoría de las exposiciones donde, como en este caso, las máquinas entran de noche para dar los últimos retoques.

Hay otros retoques andaluces. La empresa de ingeniería Ayesa ha participado como asesora en varios proyectos de infraestructuras y Ingenia Qed ha trabajado, además de en el Plan Director de la Muestra, en el pabellón de la Santa Sede y el de Turquía. Y ya prepara otros proyectos para Shanghai 2010.

En tres meses, Expoagua será historia. Algunas obras diseñadas para poder ser trasladadas, como las de Escrig y Sánchez, se desmontarán. Y, 16 años después, surgirá de nuevo la nostalgia de la Expo.

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