PUERTO REAL

Cáritas de la Villa duplica su labor asistencial durante la pandemia

  • El Consejo de Hermandades ha donado a la entidad alrededor de 6.000 kilos de productos

  • La mayor parte de las nuevas familias atendidas acudían por primera vez

El presidente del Consejo entrega alimentos al director de Cáritas

El presidente del Consejo entrega alimentos al director de Cáritas / C.P. (Puerto Real)

A primera hora de la mañana de este lunes la furgoneta de la lavandería ‘Prendas’ (empresa social de Cáritas) se convertía en el vehículo de la solidaridad. Se llenaba de cientos de kilos de alimentos y otros tantos litros de productos de aseo o limpieza. Era solo una pequeña parte de todo lo que el Consejo Local de Hermandades y Cofradías ha conseguido reunir gracias a la solidaridad de los hermanos y vecinos de la Villa.

Alrededor de 6.000 kilos de productos de primera necesidad que Caritas Arciprestal recibe en uno de los peores momentos de su historia. La situación recuerda mucho a la de los peores momentos de la crisis económica de la que aún se recuperan algunos de los usuarios de la entidad. Ahora, sin embargo, ha sido todo mucho más rápido. “En Caritas hemos duplicado de golpe el número de personas a la que atendemos”, afirma Javier Álvarez, director de Cáritas en Puerto Real.

Prestar esa ayuda ha sido complicado. El confinamiento no puso las cosas sencillas para seguir trabajando o para recoger la solidaridad que, como ahora, llega del Consejo de Hermandades. “La Hermandad de la Borriquita propuso hacer una recogida y en el Consejo entendimos que es algo que debíamos de hacer todas, así que lo propusimos y el resultado no ha podido ser mejor”, apunta el presidente del Consejo, Antonio Domínguez.

En Cáritas también pueden enumerar la larga lista de personas que han arrimado el hombro o de colectivos que han dado un paso adelante para que nadie se quede atrás. “La ayuda ha sido mucha y muy distinta, desde la señora que va con una bolsita a colectivos como ‘La Máquina Creativa’ que impulsó la subasta de arte”, recuerda.

El fin es ayudar a personas que, en la mayoría de casos nunca se habían acercado a Cáritas. “En este tiempo la mayoría de gente a la que atendemos nunca había venidos. No estaban en nuestra base de datos y, si lo estaban, hacía mucho tiempo que no venían”, apunta Álvarez. Y es que a la pérdida del empleo se ha sumado que “hay mucha gente invisible que vive de la economía sumergida, buscándose la vida en la calle como puede, y el confinamiento también acabó con eso”, afirma.

Por ello, “el papeleo” pasó a un segundo plano. Cáritas ha ido ayudando a todo aquel que le ha solicitado auxilio, siempre en la medida de las posibilidades de una entidad que sigue precisando ayuda.

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