La Policía Local de Puerto Real, ahora bajo las órdenes del Ministerio del Interior, ha levantado nueve actas desde que se estableciese el estado de alarma como medida para frenar la propagación del COVID-19. Pese a que los agentes locales han volcado sus esfuerzos en informar a la ciudadanía de la obligación de permanecer en casa, usando todos los medios a su alcance como la megafonía de los propios vehículos policiales, todavía hay quien hace caso omiso a la prohibición.
Las actas levantadas corresponden a vecinos de la Villa que hacían deporte, paseaban con tranquilidad por la calle o estaban charlando distendidamente dentro del coche. También a dos establecimientos que no habían acatado la orden de cierre decretada para los comercios no considerados como esenciales. Por otro lado se ha detenido a un hombre que insultó y agredió a un agente de policía, cuando éste informaba al gerente de un bar de que debía de cerrar sus puertas.
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