La hostelería de la Villa no soporta más las restricciones de la pandemia

CORONAVIRUS CÁDIZ

Pese a que en el municipio no se ha decretado el cierre de la actividad no esencial, bares y restaurantes se despiden de su clientela sin saber cuando volverán a abrir sus puertas

Cierre del Minigof Bahía, en Puerto Real
Cierre del Minigof Bahía, en Puerto Real / DCA

Cádiz/El Comité Territorial de Alertas de Salud Pública de Alto Impacto no ha decretado, por el momento, medidas más restrictivas para Puerto Real. La ciudad aún no ha alcanzado el ‘Nivel 4 Grado 2’ de la alerta sanitaria, que supone el cierre de la actividad no esencial, en la que se incluye la hostelería. Sin embargo, en la última semana, se ha producido una cascada de cierres de establecimientos hosteleros que han optado por despedirse de la clientela hasta la que situación mejore.

En la puerta de establecimientos como el Restaurante ‘Minigolf Bahía', un cartel lo comunica a los clientes: “Por la seguridad de mi familia, trabajadores y clientes; y la mala gestión del Estado que nos obliga a trabajar para cobrarnos el dinero que ellos mismos nos imposibilitan facturar, nos vemos obligados a cerrar temporalmente por responsabilidad y seguridad de todos”, dice.

Del mismo modo, en el conocido Mesón La Plaza, también han echado el cierre. Ellos lo han comunicado por redes sociales, y explican que los acontecimientos que estamos viviendo obligan a cerrar temporalmente y que "la situación se hace insostenible". Se marchan sin saber cuándo volverán a abrir de nuevo, pero con la esperanza de que esto pase pronto.

Ellos, como el resto de hosteleros, han visto reducidos los aforos, el horario que les impide trabajar más allá de las seis de la tarde y, claro está, el miedo de la población a acudir a bares y restaurantes. El sentir general en el sector es el de la "criminalización" de la que han sido objeto.

En el Bar Restaurante ‘El Patio’, en la Ribera del Muelle, que también ha cerrado sus puertas, dicen estar cansados de “poner en riesgo nuestra salud y la de nuestras familias para solo conseguir sacar el sueldo de nuestro gobernantes, que nos exigen mucho más de lo que nos aportan. Nos obligan a elegir entre el cierre sin ayuda ni retorno de nuestros negocios o la salud de nuestro pueblo”.

El Bar Marina de la Bahía también se ha sumado a la lista de establecimientos que se toman “un descanso”. Se despiden con un “hasta pronto” y con un mensaje de ánimo a sus compañeros del sector de la hostelería: “Nada ni nadie golpea más fuerte que la propia vida, pero no importa lo fuerte que golpee, sino lo mucho que resistas y sigas luchando”. Hasta el 14 de febrero se han puesto como fecha en la Venta Henry-Casa Marta. Hasta entonces permanecerán cerrados “a ver si este virus un poco más y podemos disfrutar de nuevo de nuestra cocina”.

Los que se quedan lo hacen a duras penas: recortes en la plantilla, creando nuevos servicios como el de recogida a domicilio o luchando cada día con unas medidas que asfixian. Trabajando con el pensamiento de que sus negocios se pueden considerar no esenciales, aunque sí sean esenciales para el mantenimiento de sus familias.

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