Sencillo y sin alardes. Integración y fluidez. Así fue como se planteó el estudio sevillano Gabriel Verd Arquitectos el diseño del pabellón infantil del colegio público de La Barrosa. Esas combinaciones y el acierto en la elección de colores fueron decisivos para que el centro educativo de Chiclana llamara poderosamente la atención de prestigiosos profesionales, quienes premiaron esa construcción.

A finales del pasado mes de mayo coincidiendo con la inauguración de la Bienal de Arquitectura se entregaron en Venecia los S.Arch Awards en el que participaron obras de 52 países alrededor del mundo. Se trata de uno de las citas más importantes del mundo de la arquitectura.

Este galardón es muy importante, pero lo mejor ha sido el jurado que me lo ha concedido"Mi propia hija pequeña me ayudó a elegir los colores. Por eso, este premio también es de ella"

Entre ellos, se presentó el proyecto del pabellón de Infantil del colegio público La Barrosa, una obra de Gabriel Verd Arquitectos, quien obtuvo el primer premio al mejor proyecto en su categoría.

El jurado estuvo presidido por el Premio Prizker 2013, equivalente a los Nobel en Arquitectura, el japonés Toyo Ito, y completado por un amplio elenco de prestigiosos arquitectos de Reino Unido, Australia, Suecia, Alemania, Suecia y Estados Unidos (MIT), quienes valoraron la capacidad de crear una arquitectura con un leguaje fluido e insertado con sensibilidad en el entorno.

"El premio es muy importante, pero lo mejor ha sido el jurado que me ha concedido este prestigiosos galardón", incidía Gabriel Verd a este periódico, quien reconocía que su obra era muy sencilla y dentro de los límites de la normativa que exige la construcción de un edificio público. "Nos ajustamos a los presupuestos y a las normas, pero siempre intentando aportar algo más al diseño", añadía el arquitecto.

Cabe reseñar, que el proyecto del colegio se ejecutó en 2015, una época en la que arreciaba la crisis y en la que había que ceñirse al estrecho importe estipulado. Pese a ello, Gabriel Verd causó impresión en El S.Arch (siglas de Sustainable ARCHitecture, Arquitectura Sostenible), una plataforma internacional donde los profesionales, investigadores y líderes de la industria se reúnen anualmente para intercambiar conocimientos, ideas y experiencias en el campo interdisciplinario de la arquitectura y el entorno construido.

El pabellón de infantil anexo al colegio público La Barrosa es un pequeño edifico de unos 1.000 metros cuadrados con una capacidad para 225 alumnos que acabó de construirse en verano del 2016. Su cubierta de hormigón visto de tablillas, de formas sinuosas, los pilares dispuestos de manera casi aleatoria, y las composiciones de los paños de azulejería, recuerdan los pinares omnipresentes de la zona y dota al conjunto de su imagen diferenciadora.

Un diseño de formas amables, con una composición cuidada de colores buscando siempre la armonía y los patrones de letras sobre la vibrante fachada ventilada de metal confieren al conjunto su imagen identificativa. Todo ello en una búsqueda por crear un entorno sosegado y equilibrado.

"Los pinares que rodean al colegio llenan de tranquilidad absoluta y había que estudiar con detenimiento los colores. Al final nos decidimos por el color verde y también el negro. Esto nos dio muchos quebraderos de cabeza, pero al final salió muy buen resultado", admite Verd. Cuenta que su propia hija pequeña le ayudó a elegir esos patrones. "Por eso, el premio también es de ella", apostilla.

Para Verd también supone un orgullo que la directora del centro recibiera una tarta de los padres en la que rezaba la frase 'Alas para volar. Raíces para crecer', una expresión troquelada en hormigón en la entrada del colegio. "Este detalle significa mucho para mí, porque se han identificado plenamente con la idea que queríamos transmitir. Sin duda, supone otro premio para mi".