Delitos en Internet

El lobo cambia de guarida

  • Las redes de pedófilos han pasado a relacionarse en la Dark Net

  • Amenazas y coacciones copan el primer lugar de delitos a menores

El lobo cambia de guarida

El lobo cambia de guarida

Dentro de la sensación de vulnerabilidad en el uso de internet, la exposición de los menores al peligro es una línea de flotación. Por mucho que nos repitamos que no hay nada en un pantalla que no exista también a su alrededor, todos sabemos que la máscara de cristal da un tramo de ventaja al lobo feroz. Truco o trato.

"Hubo una época en la que empezamos a registrar, y a procesar, muchísima actividad de material pedófilo en la web y, de repente, paró. ¿Qué ocurrió? ¿Habíamos exterminado el problema del país? -comenta Norberto González, forense informático en la Policía Nacional-. Por supuesto que no: las redes de pedófilos se habían pasado a la Dark Net, y es ahí donde operan ahora. O, mejor dicho: es ahí donde se relacionan entre ellos e intercambian material: a sus víctimas las buscan en el universo web normal, por supuesto. Por eso, aunque un adolescente con suficientes conocimientos pudiera entrar en la Dark Net, eso no significa que pudiera caer más fácilmente en redes de pedófilos. Ver otras cosas, armas, pastillas... sí".

Para quienes aún no lo sepan, la Dark Net viene a ser una ciudad subterránea, con direcciones fuera del nomenclátor, fuera de la lista oficial. No es posible encontrarlas si recurres a los buscadores tradicionales. El supuesto anonimato que proporcionan los sitios de la Dark Net da cobijo a multitud de servicios ilegales, desde pornografía infantil hasta venta de drogas, armas, tarjetas de crédito, "o la contratación de sicarios o black-hat hackers". "Pero también -continúa Francisco Carcaño, de ID Intelligence-. Es posible encontrar blogs o foros interesantes, y muchos usuarios lo emplean, simplemente, por razones de privacidad y anonimato". Para entrar en esta ciudad subterránea, un chaval sólo necesitaría contar con un navegador específico para ello, comenta Carcaño, "como TOR Browser (versión de Mozilla Firefox para la red TOR), y conocer la dirección (.onion) exacta. Esto último puede ser más complido, pero hoy en día existen listados de direcciones .onion en la Surface Web, e incluso wikis creadas para albergar listados actualizados".

"Hay que seguir las mismas reglas para la calle que para Internet -comenta Norberto González-. Tú no dejas al niño solo en un parque, lo vas mirando de tanto en tanto. Con un móvil en la mano, no es que vayan al parque: es que pueden ir al otro lado del mundo. Hay que tener con ellos una desconfianza razonable: saber a dónde van, quiénes son sus amigos, como haces en el mundo 'real', y orientarles al respecto".

Los chicos saben también que no todo es un aprehensivo "que viene el lobo" del mundo adulto, que a "alguien que conocen o medianamente cercano, le pasó esto o aquello. Los profesores, también, se han implicado mucho", comenta González, que da charlas en colegios sobre el uso responsable de redes sociales y plataformas.

Por rango de edad, según el último informe de Cibercriminalidad, los delitos sexuales copan el segundo lugar en delitos registrados con menores en nuestro país (704 casos), pero el primer puesto se lo llevan las amenazas y coacciones (926): designación que agrupa lo que conocemos por acoso. Norberto González confirma que los adultos hemos tenido una suerte infinita con esto de no haber vivido la infancia y la adolescencia en tiempos de YouTube y grupos de móvil. "Al respecto, es fundamental cambiar la educación. No sólo respecto a los acosadores: también en lo que se refiere a las potenciales víctimas, que pueden ser cualquiera. El acosador gana si te hace daño: hay que blindarse ante eso"", comenta.

Ante el cada vez más temprano acceso de los menores a dispositivos móviles y equipos informáticos, Francisco Carcaño sugiere iniciativas como las ofrecidas por INCIBE a través de is4k (Internet Segura for Kids), "que diponen de una línea de ayuda y reporte para casos que involucren a menores y tecnologías, y la de los cibercooperantes: voluntarios que promueven la cultura de la ciberseguridad a través de charlas de sensibilización en centros que lo requieran".

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