Inmigración

Andaluces con otro color de piel

  • Desde Un barrio de todos se resalta la importancia de contar con la población autóctona para una integración real de la extranjera

Clausura del programa Un barrio de todos

Clausura del programa Un barrio de todos / Jorge del Águila (Algeciras)

En la sede algecireña Un barrio de todos el relato bíblico de la Torre de Babel se hace realidad a medias. Se hablan distintos idiomas, pero sí hay entendimiento. El mérito es de la Fundación Márgenes y Vínculos, que lleva desde 2009 trabajando en una experiencia singular de acogida e integración de la población extranjera bajo la base de las personas, porque “la integración se basa en el conocimiento mutuo de las personas, no hay integración de colectivos”.

El subdirector técnico de la Fundación, José Ángel Ponce, resume la filosofía del programa: “La integración se basa en el barrio, en la vecindad, en la que es fundamental ese conocimiento mutuo que te permite romper estereotipos y falsas creencias. Es un proceso bidireccional”. Su planteamiento es de desarrollo comunitario, con atención específica para la población de terceros países (no UE) pero también con actividades que incluyen a la población autóctona, que también las necesita. “¿La población española está integrada? ¿Hace uso de los recursos a su alcance? ¿O también tiene barreras?”, destaca. En 2018 han participado 10.830 personas en sus diferentes actividades en Algeciras.

En línea con otras organizaciones, Un barrio de todos evita un discurso de segregación, bajo el prisma de que “los planteamientos que intentan sacar a un grupo de personas de la sociedad están alterando una estructura social en la que tenemos nuevos andaluces con otro color de piel. ¿La persona que lleva ya un tiempo en el país, ¿de dónde es? Parece que uno es inmigrante toda la vida”. Para evitar ese discurso de segregación, “es importante la interacción entre personas. Hay una barrera que no se puede trabajar con la integración del inmigrante, sino con la reeducación de la población autóctona”. Ahí se trabajan los estereotipos negativos o se combaten bulos como el de las mayores ayudas para los extranjeros, “cuando no pueden acceder a muchas por ser inmigrantes”.

Sihama Khali Sihama Khali

Sihama Khali / Erasmo Fenoy (Algeciras)

El conocimiento mutuo puede con el miedo a lo desconocido. Como resume Sihama Kasmi, migrante marroquí, “yo pensaba que los que viven en Europa vivían en un paraíso, pero aquí me he dado cuenta de que todos somos iguales, de que todos somos seres humanos y sentimos lo mismo: el dolor y la alegría”.

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