Rafael de Reyna Zaballa llegó al aeropuerto de Jerez en un momento muy delicado para esta infraestructura vital para la provincia. Tras años gloriosos donde se superaron los 1,6 millones de viajeros, y en un contexto generalizado de pérdidas de vuelos en toda España, se hacía cargo de la dirección de unas instalaciones que iban encaminadas inexorablemente a situarse por debajo del millón de viajeros. Los dos grandes objetivos que se marcó desde el principio fueron: recuperar el tráfico aéreo y, por ende revertir la caída de pasajeros, y hacer sostenibles unas instalaciones con unas pérdidas endémicas.

Ayer, Aena informaba de su fallecimiento; el responso se celebrará hoy a partir de las dos menos cuarto de la tarde en el tanatorio de Servisa en Sevilla. De Reyna estaba casado y tenía dos hijos. Madrileño de nacimiento, aunque con importantes vínculos familiares en Sevilla y El Puerto, se licenció en Económicas y Empresariales e hizo un postgrado sobre Finanzas Internacionales en la Universidad de Nueva York. Entró a formar parte de la empresa estatal Aena en 1992 donde ocupó diversos cargos de responsabilidad hasta que el 11 de junio de 2011 fue designado director del aeropuerto jerezano.

Una empleada de la sociedad estatal relataba ayer que De Reyna se "volcó" en la gestión para poner a La Parra en el mapa. "Hizo del aeropuerto algo suyo; tenía una vitalidad enorme, era incombustible" porque, tal y como recuerda, "él mismo iba a donde fuera para lograr traer tráfico aéreo y se afanó por hablar con instituciones y colectivos para convencerles de que el aeropuerto es de todos y a todos beneficia".

Al frente del aeropuerto, tuvo que dirigir operativos tan importantes como la llegada de los mandatarios que participaron en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz en 2012. Aquel trabajo le supuso que la Fuerza Aérea Brasileña le concediera la medalla de miembro honorario. Durante estos cuatro años también ha recibido otros reconocimientos de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Fruto de su gestión, se logró que el año pasado el aeropuerto rompiera la tendencia de bajada de pasajeros con un incremento del 9% con respecto al año anterior y redujo notablemente el déficit en la explotación de las instalaciones. Descanse en paz.