Provincia de Cádiz

El fiscal solicita 22 años de cárcel por violar dos veces a la misma joven

  • La víctima relata que su presunto agresor la atacó en Jerez siendo aún menor y volvió a hacerlo cinco años más tarde

Veintidós años de cárcel es la pena a la que se enfrenta un jerezano que se sentó ayer en el banquillo como acusado de violar en dos ocasiones a una joven en un periodo de cinco años.

La primera de las agresiones sexuales supuestamente se produjo en el año 1999, cuando la chica era menor de edad. De hecho, apenas contaba con catorce años.

La segunda de ellas ocurrió, al parecer, cinco años más tarde, en 2004, y en la misma casa de la víctima, a la que condujo el agresor bajo amenaza de arma blanca. Los dos hechos fueron denunciados en marzo del año 2005, tres meses después del segundo suceso. Por la primera de ellas el fiscal le pide nueve años de prisión y por el segundo delito, trece.

El caso, que terminó de enjuiciarse ayer en la sala de vistas de la Sección Octava de la Audiencia Provincial, tiene sus luces y sus sombras, sombras que se pueden disipar con la prueba pericial realizada por la psicóloga que examinó a la chica y la segunda, que leyó el informe elaborado por su colega.

Hay que tener en cuenta que en estos casos la única prueba que existe es el testimonio de la víctima, radicalmente opuesto al del acusado, quien mantuvo su inocencia hasta el final y dijo que no conocía de nada a la mujer que le imputa unos hechos tan graves.

La mujer contó en la sala de vistas que en la primera ocasión iba acompañada por unas amigas y que cuando se separaron, el presunto agresor la abordó en una zona cercana al zoo y se la llevó a una nave abandonada en El Portal, donde la violó.

De esa agresión relata la víctima que quedó embarazada, aunque dice que tomó un abortivo, "la píldora del día después", para no tener el niño.

Ésa es precisamente una de las contradicciones que apunta la defensa, porque, para aquel entonces, debía estar embarazada de seis semanas.

En esa ocasión dijo que no contó nada porque le horrorizaba lo que le había pasado. La defensa insistió, además, en que en un principio dice que fue a casa de una amiga a cambiarse porque tenía la ropa destrozada, y en otras ocasiones, que fue a casa directamente. Lo curioso es que pidió a su supuesto agresor que la llevara a su casa tras ser violada.

Cinco años más tarde, en 2004, es cuando se produce la segunda agresión sexual. La joven ya estaba casada y tenía un hijo. Venía de la compra y no había nadie en su casa. Fue entonces sorprendida por el supuesto agresor que, con un arma blanca, la obligó a llevarlo a su domicilio, donde la violó.

La joven ocultó lo que había ocurrido a su marido y pocos meses después denuncia lo ocurrido. No existen partes médicos que pudieran evidenciar síntomas de esa agresión, puesto que la víctima no acudió para que la reconocieran.

Hay otro episodio violento que sí fue denunciado en 2001. En ese año la víctima denunció una agresión física contra su presunto agresor sexual. El acusado supuestamente le había propinado un golpe en la cara con el candado de una moto, en presencia de su entonces novio.

La denuncia se interpuso antela Policía, aunque al acusado dijo no tener conocimiento de nada de ello. La presunta víctima se refirió al agresor como "su ex novio".

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