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El cambio de Gobierno visto desde Cádiz

El difícil trance de pasar de las promesas a la realidad

  • El Gobierno de Pedro Sánchez tiene ante sí una lista interminable de asignaturas pendientes en la provincia que incluyen el fin del peaje, las corbetas para Arabia, el Retín o Tres Caminos

Pedro Sánchez pasa junto a una gigantesca fotografía de Felipe González y de Manuel Chaves en la sede local del PSOE de Cádiz, en una imagen de archivo.

Pedro Sánchez pasa junto a una gigantesca fotografía de Felipe González y de Manuel Chaves en la sede local del PSOE de Cádiz, en una imagen de archivo. / joaquín hernández kiki

A partir de ahora que nadie se sorprenda si ve a los dirigentes provincial del PSOE mirando para otro lado o silbando de manera disimulada cuando se les pregunte por el quinto petrolero de Navantia, por el fin del peaje en la autopista Cádiz-Sevilla o por si va a haber un incremento de la cuota de atún para las almadrabas gaditanas. Y, del mismo modo, a nadie debe extrañarle ver a partir de ahora a un nutrido grupo de cargos del PP de Cádiz liderando, por ejemplo, una marcha por la mejora de la vía férrea entre Algeciras y Bobadilla. Y es que los relevos de Gobierno tienen estas cosas, estos cambios de pareceres repentinos. Y esta provincia, que ha vivido vaivenes parecidos a lo largo de los años, se apresta una vez más a presenciar cómo los intereses partidistas de unos y de otros se anteponen a las necesidades de los gaditanos.

Es verdad que Pedro Sánchez no ha conformado aún su Consejo de Ministros y que, por tanto, es precipitado e injusto pedirle cuentas tan pronto. Pero también es verdad que el nuevo Ejecutivo central tiene una amplia lista de deberes en la provincia de Cádiz, en parte porque el anterior Gobierno del PP ha dejado muchas cosas por hacer y en parte también porque desde la oposición el PSOE se ha preocupado mucho por airear a todas horas los supuestos problemas gravísimos que azotaban a este territorio y por abanderar unas soluciones que, si fueran factibles, deberían empezar a aplicarse desde ya.

Y es que si todo hombre es presa de sus palabras, el PSOE también tiene que serlo de sus promesas y de sus iniciativas. Y la última de ellas, muy reciente, fue la elaboración de unas enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que, según los cálculos de los socialistas gaditanos, debían reportar a Cádiz unos 330 millones adicionales a las cuentas planteadas por el Ejecutivo de Rajoy. Como es habitual en estos casos, el Gobierno del PP tumbó todas las enmiendas de los socialistas, aunque ahora este partido tiene la oportunidad de aplicar esas supuestas soluciones mágicas. Otra cosa es que quieran o que puedan hacerlo.

Y en esta amplia relación de proyectos pendientes en la provincia de Cádiz destaca sobremanera el retraso en la modernización de la vía férrea Algeciras-Bobadilla. Desde todas las instituciones que estaban o están en su poder (Junta de Andalucía, Diputación, ayuntamientos, Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, etc.) los socialistas han hecho de esta infraestructura un azote contra el Gobierno central. Los últimos 28,5 millones de euros reservados en los PGE para esta actuación fueron considerados algo así como un insulto a la provincia en opinión de los socialistas, que siempre han tenido el respaldo de los agentes sociales en esta cruzada. Porque la modernización de la Algeciras-Bobadilla es "una inversión de país", según subrayó el propio Pedro Sánchez en una entrevista publicada hace escasas semanas en este periódico. Y en consonancia con esta afirmación el PSOE reclamaba en sus enmiendas a los PGE de este año un compromiso para invertir ya, sin más demora, hasta 250 millones de euros en esta conexión ferroviaria.

Pero el epígrafe gaditano que tendrá la lista de tareas del próximo ministro de Fomento no tiene únicamente este renglón del tren algecireño. Bien al contrario, hay numerosas cuestiones más que siguen pendientes. Y es que la provincia de Cádiz, que décadas atrás avanzó muchísimo en materia de infraestructuras, mantiene sin embargo en el aire una serie de actuaciones que ni el Gobierno de Zapatero primero ni el de Rajoy después lograron poner en marcha. Dos ejemplos claros son el nudo de Tres Caminos, entre los términos municipales de Puerto Real y Chiclana, y la culminación de la autovía Vejer-Algeciras que sustituya a la vieja Nacional 340.

En los últimos años el Gobierno de Rajoy consiguió al final desbloquear los trámites burocráticos y medioambientales de ambos proyectos, aunque las máquinas no han aparecido jamás en ninguno de estos enclaves que están considerados como los puntos negros de la red viaria provincial. Los dos millones de euros reservados en los PGE de 2018 para Tres Caminos y el escaso millón apartado para culminar la A-48 eran unas cantidades "ridículas" a juicio de los dirigentes del PSOE de Cádiz, que ahora tienen la oportunidad de darle la vuelta a la tortilla.

Donde sí logró el Ejecutivo de Rajoy que las máquinas empezaran a funcionar fue en la obra de la futura autovía A-4 que debe unir el aeropuerto de Jerez con Dos Hermanas. Pero esos trabajos, que avanzan a buen ritmo, se circunscriben de momento al tramo sevillano, donde Fomento preveía gastar este año más de 18,1 millones de euros. Nada se sabe sin embargo del tramo restante que debe llegar hasta suelo gaditano y que incluiría una variante que evite el paso de los vehículos por el centro de la localidad de El Cuervo.

También, y como si de un boomerang se tratase, en las manos del PSOE ha caído ahora la patata caliente de la autopista de peaje Cádiz-Sevilla (AP-4). A poco más de año y medio para que concluya el contrato de explotación a Aumar, que expira el 31 de diciembre de 2019, el nuevo ministro de Fomento tendrá que dictaminar si cede o no a las presiones de los grandes grupos de construcción y empresas explotadoras de autopistas que claman por nuevas prórrogas. El Gobierno del PP siempre ha defendido que no habrá prórroga del peaje, aunque no cerraba la puerta a nuevas fórmulas de pago y reclamaba con insistencia un pacto de Estado que determinara cómo se afronta la nueva realidad de estas vías de alta capacidad. Pero esos razonamientos no eran suficientes ni para el PSOE, ni para la propia Junta de Andalucía, que ha reclamado con insistencia no sólo que una voz autorizada del Gobierno dijera sin titubeos que esa autopista será gratuita a partir de 1 de enero de 2020 sino que el Estado se olvidara del calendario y rescatara ya esta importante arteria de comunicaciones entre Cádiz y Sevilla.

El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez será mirado también con lupa desde suelo gaditano en materia laboral. Y es que a lo dirigentes del PSOE les duele la boca de reclamar un pacto por el empleo especifico para el territorio gaditano que jamás ha llegado y se supone que el Ejecutivo central también tendrá algo que decir en el reparto de los fondos europeos de la ITI y en la defensa de los trabajadores españoles de la Base de Rota, un tema este último en el que el Ejecutivo de Rajoy se ha venido lavando las manos. Y no se espera que se tumbe el nuevo plan para el parque empresarial de Las Aletas, en Puerto Real, ya consensuado entre las administraciones central y andaluza.

Un capítulo aparte merece el tema de Navantia, de gran trascendencia para la Bahía de Cádiz. Como es lógico, el flamante Gobierno tendrá que elegir a un nuevo presidente de la SEPI y se supone que también designará a un nuevo presidente de Navantia. Y ambos deberán fijar la estrategia de una compañía naval que está inmersa en plenas negociaciones con los representantes de los trabajadores para cerrar un plan industrial. Al respecto el PSOE siempre ha reclamado que se aplique un rejuvenecimiento de la plantilla, pero sin perder puestos de trabajo.

Y en cuanto a la actual cartera de pedidos de Navantia, la gran duda estriba en saber si tanto el Gobierno de España como las autoridades de Arabia Saudí seguirán adelante con el contrato para la construcción de cinco corbetas para la Armada saudí. De momento lo que hay firmado es un preacuerdo que supondrá unos ingresos para Navantia de 1.880 millones de euros, aunque falta todavía el visto bueno definitivo. Y la dirección nacional de Podemos, que fue clave en la moción de censura contra Rajoy y que quiere ser ahora el principal sustento de la acción de gobierno de Pedro Sánchez, siempre se ha mostrado en desacuerdo con que se refuerce la capacidad militar de una dictadura como la que manda en Arabia Saudí.

Además, y sin salir de Navantia, el nuevo Gobierno socialista tendrá que decidir si mantiene en pie el encargo de un nuevo BAM para la Armada española, que en teoría iba a construirse en el astillero de Puerto Real, y tiene que pronunciarse sobre el esperado quinto petrolero a construir en la Bahía, un pedido largamente reclamado por los socialistas gaditanos pero que fue frenado por el Gobierno de Rajoy y por la dirección de la compañía al verlo deficitario.

Pero es que hay frentes abiertos en casi todas las materias. Porque en cuestión de seguridad ciudadana la Junta de Andalucía, y sobre todo la propia Susana Díaz, llevan meses reclamando un incremento de la presencia policial en el Campo de Gibraltar y habrá que ver ahora si desde el Gobierno de España se piensa lo mismo; en matera de saneamiento, lo lógico es que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no frene los trámites iniciados ya para la construcción de depuradoras que llevan décadas de retraso, como por ejemplo la de Barbate; en medio ambiente, se supone que ya no habrá disputas con la Administración andaluza para la regeneración inmediata de las playas gaditanas; en Justicia, ahí están las reivindicaciones de jueces y fiscales, que incluso han ido a la huelga para exigir mejoras en infraestructuras y en el ámbito de la independencia judicial; en Asuntos Exteriores, queda por ver cómo van a afectar las nuevas relaciones España-EEUU en la Base de Rota y España-Reino Unido con Gibraltar y con los efectos del Brexit; en cuestión de Defensa, el PSOE lleva siete años exigiendo desde la oposición que se revierta el campo de adiestramiento del Retín a Barbate o al menos que se pague una compensación al municipio por su servidumbre militar, mientras que en San Fernando también se reclama parte del suelo militar de Camposoto; y en el ámbito pesquero, queda por ver qué influencia tendrá el Gobierno de Sánchez a la hora de renovar el acuerdo de la UE con Marruecos y si es capaz a finales de este año de arrancar una mayor cuota de pesca de atún rojo para las almadrabas gaditanas.

Nadie sabe cuánto tiempo tendrá por delante Pedro Sánchez para llevar a cabo su acción de gobierno, ni tampoco el margen de maniobra con que contará a la vista de la escasa representación que su partido, el PSOE, tiene en el Congreso. Pero la lista de tareas en la provincia de Cádiz está ahí y las múltiples promesas que han hecho los socialistas gaditanos en los últimos siete años, también.

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