'araña roja', 'polilla del racimo', 'cotonet'... Son los nombres vulgares que sirven para denominar algunas de las principales plagas que amenazan a los cultivos de la provincia y que representan una pesadilla para los agricultores. Pero toda especie invasora tiene su depredador natural, si es que no se arrasa con unos y otros a base de productos químicos, cada vez menos eficaces, además de nocivos para el entorno.

La lista de pesticidas autorizados por las autoridades para el control de plagas se reduce a marchas forzadas, al menos en Europa, donde se impone la búsqueda de alternativas para mantener a raya estas plagas y poder compaginar así la producción de alimentos con la preservación del medio ambiente. Se trata de lograr un equilibrio entre organismos invasores y depredadores sin poner en riesgo la convivencia entre las distintas especies vegetales y animales, también conocida como biodiversidad, a través de técnicas de lucha biológica.

La Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (Coag-Cádiz) y la Diputación de Cádiz colaboran en un proyecto que estudia el comportamiento de organismos de control biológico sobre algunas de las principales plagas que afectan a los cultivos de la provincia.

En paralelo, el proyecto pretender determinar la adaptación de los Organismos de Control Biológico (OCB) al clima de la provincia, así como su comportamiento sobre cultivos y plagas en diferentes escenarios. Tras la selección previa de insectos parasitoides y depredadores para cada una de las plagas, estos insectos se introducen en diferentes fases del cultivo, lo que permite evaluar la eficacia del control biológico y el comportamiento de las distintas plagas ante la introducción de estos organismos, señala Coag en un comunicado.

A falta de un mes para que finalice el proyecto, la organización agraria subraya los buenos resultados de las pruebas realizadas con la aplicación de esta técnica en los cultivos más significativos de las distintas comarcas productoras de la provincia.

La coordinadora del proyecto, Yolanda Gil, que trabaja a pie de campo con los agricultores "y sus bichos", explica que en este estudio, en algunos casos, se han empleado exclusivamente insectos para el control de las plagas y, en otros, se ha complementado con técnicas de lucha integrada, en la que se reduce a la mínima expresión el uso de productos fitosanitarios.

"El estudio del comportamiento de las plagas y sus posibles enemigos, según su ubicuidad, es imprescindible para propiciar el establecimiento del equilibrio natural, necesario para que los cultivos no se sientan amenazados por las diferentes plagas", señala la responsable del proyecto, quien alude a la importancia de acompañar esta técnica con otros factores favorables para el cultivo, como pueden ser "las prácticas culturales, la elección de semillas y plantas adaptadas al clima y al suelo, o el hecho de favorecer una fauna auxiliar autóctona, ya sea proporcionando refugios en los márgenes de los cultivos, ya sea realizando una introducción controlada de la misma".

Los insectos, como todos los seres vivos, tienen enemigos naturales, principalmente otros insectos, pero también hongos y bacterias que contribuyen a limitar la propagación de estas especies invasoras para que no lleguen a constituir una plaga.

La lucha biológica se puede hacer por introducción, aumento o conservación de los enemigos naturales de las plagas, de ahí la importancia, según Gil, de realizar en primer lugar una evaluación de la fauna auxiliar autóctona de los cultivos. "Debemos como mínimos conservarla y, dentro de lo posible, aumentarla, proporcionándoles plantas de su preferencia en las que pueda reguardarse y multiplicarse, además de limitar en lo posible los tratamientos químicos, sustituyéndolos por tratamientos biológicos", afirma la coordinadora.

Una vez evaluada la plaga, los insectos auxiliares y todas las relaciones con el cultivo, "debemos establecer el momento adecuada para la introducción de Organismos de Control Biológico que nos ayuden a que descienda la población de insectos plaga y podemos conseguir el control natural", apostilla.