Tras los sucesos acaecidos este pasado fin de semana en la costa de La Janda, donde el sábado fallecía un hombre de 89 años en la playa de El Palmar, y el domingo perdía la vida otro hombre de 48 años en la playa de la Hierbabuena de Barbate, los alcalde de ambos municipios han realizado una llamada al "sentido común", al recibir algunas críticas por no estar aún operativos los servicios de socorrismo.

En el caso de Vejer, el alcalde de este municipio, José Ortiz (PP), decretó el cierre al baño el domingo y ayer lunes. En este sentido, exponía que "hay que ser un poquito coherente y aplicar el sentido común". "Yo desde luego utilizo la empatía para ponerme en el lugar de otra persona, yo no voy con mi familia a una playa donde está ondeando la bandera roja o no voy a una playa a meterme con mi familia a disfrutar sabiendo que aún no tiene los servicios activados; creo que las personas tienen que ser responsables de sus propios actos", dijo.

En el caso de Barbate existe una normativa sancionadora que no se aplica a los bañistas

El regidor vejeriego manifestó ayer que, dado el cariz que tomaba la situación el pasado domingo, dio aviso a la Policía Local, a Protección Civil y a los socorristas para que se desplazasen a la orilla de la playa y desde allí alertasen a los usuarios que no entraran en el mar.

José Ortiz explicó que "había diez personas con coches de policía, con los quads, con el coche de Protección Civil, recorriendo la playa de punta a punta diciéndole a las personas que no se podían bañar y tuvimos que sacar a dos menores de 14 y 16 años del agua a las seis de la tarde, poniendo en riesgo al personal del Ayuntamiento, mientras que los padres estaban en la orilla jugando al tenis. Eso no se puede permitir, porque la gente debe ser más responsable".

Ortiz reiteró que "hubo personal del Consistorio que pasó miedo a la hora de sacar a estos bañistas, poniendo en riesgo su vida". "Había aviso de que no se podían bañar, bandera roja ondeando y personal avisando por la playa, y encima di orden de que se fuera por la orilla para que se saliese todo el mundo avisando que no se podían bañar porque la corriente de El Palmar daba miedo", segun Ortiz. Por su parte, unos surfistas también sacaron a dos personas que también estaban a punto de ahogarse.

La máxima autoridad de Vejer recordó que el pasado año Protección Civil ya tuvo jornadas complicadas con las mareas de Santiago y Santa Ana en julio y algunos días puntuales en agosto, ya que sacaban a la gente del mar y al poco tiempo volvían al agua. Y "como al parecer el dinero es lo único que a algunas personas le duele, habría que poner en marcha una ordenanza para sancionarlas", lamentaba ayer José Ortiz.

"Me consta que tengo en la playa a personas con vocación de servicio público y que se meten en el agua a salvar a los demás, y estamos poniendo en riesgo la vida de personas que van a entrar para socorrer a los demás", apuntaba el alcalde de Vejer, que no quiso ayer ignorar el debate de cuándo debe estar operativo el dispositivo de socorrismo en la playa. En este sentido expuso que "está claro que podemos activar los servicios de playa antes, por ejemplo desde mayo, o incluso desde abril", pero Ortiz se pregunta que "si los servicios de plaacaban a las ocho tarde, y a las ocho y cuarto le pasa algo a alguien, ¿también es culpa del Ayuntamiento?". Por eso, añadía, "tenemos que saber las condiciones en las que cada uno se baña y el riesgo al que se expone". Insistió, además, el alcalde vejeriego, que "ese debate es importante que lo tengamos, porque El Palmar es una playa rural, no es una playa urbana, como lo son las de Cádiz capital o en El Puerto, que tienen paseo marítimo y las personas viven allí". "Esta playa es como la de Hierbabuena en Barbate, por eso las personas tienen que saber dónde van". Ortiz manifestó que también se pueden poner estos servicios hasta octubre o "cada vez que haya sol y calor lo activamos según las condiciones climatológicas". El primer edil insiste en que es preferible establecer unos límites "y lo estamos haciendo con muchísimo esfuerzo, pero si hay una playa en la que se dice que no se puede bañar, ¿por qué se bañan las personas? Esa es la pregunta".

Por su parte, el alcalde de Barbate, Miguel Molina, recordó que "lo que debe imperar es el sentido común de las personas,". "Lo normal y lo lógico es que en una playa virgen, donde no hay socorristas, la gente esté pendiente y si hay mal tiempo, como ocurría el domingo, con bandera roja, con mucho viento, no se bañarse sería lo lógico y normal". Molina expuso que "contra eso es muy difícil luchar y mantener un control férreo con los medios y los recursos que hay, porque son muchos kilómetros de playa; mucha gente no ve el peligro o no lo perciben y el peligro está. Los que somos de aquí sabemos que la mar no entiende de nada".

El regidor barbateño avanzó que en el caso de Barbate sí existe una normativa sancionadora, pero "no se aplica para evitar que se increpe a los agentes o haya comentarios negativos hacia un determinado destino turístico".