Provincia de Cádiz

Salva un ojo de milagro tras una paliza en un pub de San Roque

  • La víctima fue golpeada por un grupo abultado de personas, la mayoría menores de edad

El agredido, durante su recuperación en el hospital.

El agredido, durante su recuperación en el hospital. / d. c.

Ignacio A. tiene 38 años. La madrugada del pasado 3 de agosto había salido a continuar una fiesta familiar a un conocido pub de Pueblo Nuevo de Guadiaro, en el término municipal de San Roque. Lo hizo acompañado de sus dos hermanos, Carlos y Domingo. A la salida del local y de camino a otro próximo, Ignacio se percató de que un grupo de jóvenes se aproximaba corriendo a la altura de su hermano Carlos. Uno de ellos, de un 1,90 metros, según recuerda vagamente Ignacio, chocó contra Carlos. El impacto entre ambos produjo que este cayera al suelo y sufriera multitud de heridas externas en labios y nariz, con desviación de tabique y perforación labial incluso.

"En ese momento me quedé de piedra. No sabía a santo de qué había venido eso. No conocíamos a ninguno de ellos. No habíamos hecho nada. Solo estábamos andando camino de otro establecimiento de fiesta", narra Ignacio al otro lado del hilo telefónico.

La turba se alejó del lugar e Ignacio corrió tras ellos. En este punto, según detalla la víctima, los ocho le sorprendieron al cruzar una esquina y la emprendieron a empellones contra él. Detalla que recibió patadas y puñetazos y perdió sus zapatos y el teléfono móvil.

Al llegar la Policía todo se tranquilizó. Los presuntos agresores habían hundido. Carlos acudió al hospital e Ignacio a su casa. Fue allí cuando al mirarse en el espejo se vio el ojo hundido. En Urgencias lo derivaron al Hospital de La Línea y, al día siguiente, a Cádiz. Allí fue operado de urgencia en el Puerta del Mar. Había sufrido una fractura del suelo orbitario.

Tras una semana ingresado ahora se encuentra en casa con una placa de titanio bajo su globo ocular. La Fiscalía de Algeciras ya ha identificado al supuesto autor principal, un menor de edad. Se cree que el resto, aún sin reconocer, también lo sean. Las defensas de Carlos e Ignacio pedirán el ingreso del menor en un centro y que se le condene por un delito de lesiones (Art. 138 CP).

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