Provincia de Cádiz

Primeros trabajos para trasladar el armario del tranvía de la Compañía

  • El Ayuntamiento afronta la remodelación de la escalerilla de la calle Pizarro, bajo la que se emplazará la polémica estructura técnica colocada junto a este edificio histórico en 2014

Tiene los días contados. O eso parece al fin. Dos años y medio después de que fuera colocado el armario técnico del tranvía a menos de un metro de la fachada histórica de la Compañía de María se ha dado el primer paso en firme y sobre el terreno para afrontar su retirada, que en La Isla se exige con vehemencia y prácticamente de manera unánime desde el primer día en el que se colocó la polémica estructura.

El Ayuntamiento acaba de comenzar los trabajos en la escalinata de la cercana calle Pizarro, que es adonde finalmente se trasladará este armario del tranvía que tan difícil encaje ha encontrado en el casco histórico de La Isla. En principio -y al menos en la parte que toca al Consistorio- no se trata de una obra excesivamente costosa. El presupuesto de licitación (IVA incluido) ascendía a 49.835,10 euros y las obras fueron adjudicadas justo antes de Semana Santa por 47.389,41 euros a la empresa Jose María Rodríguez Construcciones. El comienzo de los trabajos, no obstante, se demoró intencionadamente para evitar coincidir con estos días clave para la ciudad en los que la calle Real adquiere un mayor protagonismo si cabe y en los que numeroso público se echa a la calle para disfrutar de las procesiones.

Las obras, adjudicadas por 47.000 euros, tienen un plazo de ejecución de dos meses

Las obras, finalmente, han arrancado a mediados de esta semana en la popular escalerilla de la calle Pizarro, que será remodelada en su totalidad para dar cabida a esta instalación técnica del tranvía. El plazo de ejecución de los trabajos es de dos meses. Así que, si todo marcha como está previsto, a finales de junio la Agencia de Obra Pública de Andalucía podría completar la actuación con el traslado en sí del armario, una de las grandes polémicas que ha acompañado a las obras del tren-tranvía de la Bahía.

Porque la estructura, por sus grandes dimensiones, por el escaso margen de separación que tenía de la fachada de uno de los inmuebles históricos más destacados de la calle Real, suscitó desde el primer momento un amplio rechazo entre la ciudadanía y desencadenó numerosas protestas. A la administración andaluza, promotora de las obras del tranvía, se le criticó que incumpliera a todas luces la Ley de Patrimonio Histórico al no asumir las medidas de protección que acompañan a un edificio de estas características, incluido además en el conjunto BIC que forman los inmuebles y sitios vinculados directamente a Las Cortes de 1810 y a la Constitución de 1812.

Las denuncias fue llevada por el colectivo anti-tranvía (hoy reconvertido en partido político) al Defensor del Pueblo Andaluz. La presión obligó a la Junta a dar marcha atrás y a estudiar con el Ayuntamiento posibles alternativas técnicas. A finales de 2015 se confirmó el traslado a la cercana calle Pizarro y a lo largo de 2016 ambas administraciones avanzaron en los detalles más técnicos de este proyecto que hasta ahora no se ha puesto en práctica.

Para el Ayuntamiento, como explicó la concejala de Desarrollo Urbano, Claudia Márquez, la puesta en marcha de las obras supondrá también una oportunidad para solventar uno de los grandes puntos negros en materia de accesibilidad que presenta el centro habida cuenta de la diferencia de cota que existe en este punto; y de la rampa imposible, que de hecho lleva años cerrada por no cumplir la normativa y no garantizar la seguridad. Las obras, coordinadas con la Agencia de Obra Pública de Andalucía, supondrán una remodelación integral de la escalinata actual. Además, se adecuará una nueva rampa ajustada a la normativa vigente, con las dimensiones y la pendiente adecuada, cuyo diseño además se integrará en el entorno urbano de la calle Real. La estructura del armario técnico del tranvía se ubicará debajo, de forma que no estará a la vista.

En la parada del tranvía de la Compañía de María solo quedará la máquina expendedora de tickets ya que se descarta también que se ubique en este punto una marquesina que supondría un gran impacto estético para la fachada histórica del edificio.

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