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fiesta taurina en la provincia Tradicional Domingo de Resurrección

Mucha gente y pocos heridos

  • La suelta de toros en Vejer, Arcos, Paterna y Benamahoma atrae a miles de visitantes y refuerza el éxito de la tradicional fiesta · Una mujer sufre una espectacular embestida sin consecuencias

La espectacular embestida de un animal a una mujer en Arcos ofreció ayer la imagen más dramática de una tradicional jornada de sueltas de toros en varias localidades de la provincia. La víctima tuvo suerte. Sorteó el ataque con cinco puntos en la cabeza. Un buen susto pero nada grave. Vejer, Paterna, Arcos y Benamahoma se llenaron de gente dispuesta a divertirse con los toros y la fiesta terminó sin problemas más allá de algunas contusiones.

En Vejer se esperaba una jornada lluviosa, pero esa lluvia no llegó hasta después de la salida del segundo toro embolao, de nombre Acobardao y 505 kilos de peso que dio varias carreras entre la Plazuela y la barriada de San Miguel, dejando a su paso algunos corredores heridos en su orgullo, más que en su físico, por lo que los cuatro equipos de evacuación sanitaria, estratégicamente colocados en varios puntos del itinerario no tuvieron la necesidad de hacer acto de presencia.

A la hora de esta salida del segundo morlaco en Vejer, llegaban informaciones de zonas cercanas, como La Muela donde a las cuatro de la tarde caía una intensa granizada, mientras que en Barbate era una intensa lluvia a hacía sentir sobre el casco urbano. Ni granizos, ni lluvia intensa, solo un pequeño aguacero se dejó sentir en las calles vejeriegas, donde se confundían el tronar de los cohetes avisando la salida del toro con la tormenta que pasaba.

Tras parapetarse Acobardao al final del recorrido se utilizó una cuerda para ayudarle a entrar en el cajón del camión que lo llevaría al matadero para su despiece. Para este cometido el Ayuntamiento cuenta con expertos trabajadores del departamento de Servicios Múltiples, y cinco recortadores llegados desde la Comunidad Valenciana, que tratan de sacar de apuros a los corredores, así como de dar juego a los astados para que no se queden parados en un solo lugar, una tarea bien difícil de lograr en algunas ocasiones.

Este mismo lugar fue el elegido por su antecesor, de nombre Genial, de 520 kilos que salió desde la Plazuela al mediodía. Este astado de color castaño claro hizo pocas carreras, aunque a su paso dejó varios contusionados, entre ellos uno que fue volteado en varias ocasiones al final de la calle Juan Relinque, por lo que esos golpes le dejaran a este corredor algunos dolores y contusiones que tardarán algunos días en desaparecer.

Tras la suelta de los astados, el ambiente se concentró en las calles próximas a La Hoya y la plaza Juan Bueno, donde muchos jóvenes dieron rienda suelta a sus ganas de bailar y divertirse. Algunos, sobrepasados por el consumo de alcohol se enzarzaron en disputas, aunque rápidamente fueron instados a dejarlo, gracias a la rápida intervención de los agentes de la Guardia Civil, que desde la noche anterior se encontraban en el municipio apoyando a la Policía Local.

Esta 36ª edición del toro embolao se cierra con un alto balance de ocupación hotelera en la población, según apuntó el alcalde del municipio, Antonio Jesús Verdú, para el que esta fiesta será la última como mandatario local.

Lo mismo le ocurre al regidor municipal de Paterna, José María Barrera, que se encontró esta fiesta en el año 1995, cuando llegó al sillón de la Alcaldía, con 30 millones de las antiguas pesetas de multa por carecer de las oportunas licencias y equipamientos necesarios para garantizar la protección de los corredores.

La de ayer fue otra fiesta sin muchas incidencias, aunque con mucho ambiente. El primer edil paternero cifró en unas 20.000 las personas llegadas a su localidad.

Y es que Paterna tiene el añadido de un toro recorriendo las calles Alcalá y Real de madrugada, lo que hace llegar a muchos osados corredores de poblaciones cercanas como Arcos o Medina. El de la madrugada del sábado al domingo dejó tres contusionados, aunque ninguno precisó su evacuación a un centro sanitario.

También Paterna, con el paso de los años ha cambiado sus horarios de salida de los toros, a las 13:30 horas y las 14:30 horas del Domingo de Resurrección. Precisamente el segundo astado de ayer se tuvo que retirar del recorrido quince minutos antes de los previsto dado el fuerte aguacero que cayó en la población sobre las tres y cuarto de la tarde de ayer.

En el caso de Vejer, culminada la fiesta del toro embolado, ya se piensa en la Feria de Primavera, cuya jornada inaugural será el próximo miércoles.

En Arcos, miles de personas se concentraron ayer para participar en la suelta del Toro del Aleluya, festejo que se desarrolló con cierta normalidad sin causar heridos de gravedad. Lo más destacado del día fueron los revolcones y caídas que sufrieron algunos corredores y espectadores ante la presencia de los morlacos, que necesitaron de la asistencia de la Cruz Roja, que se encargó de prestar la atención sanitaria en la zona. La Cruz Roja calificó la jornada como "tranquila" en cuanto a incidencias en relación a ediciones pasadas.

No obstante, una mujer de unos 29 años, de nacionalidad extranjera, precisó cinco puntos en la cabeza a consecuencia del revolcón que sufrió con el primero de los astados, que salió del cajón al mediodía. Su acompañante también sufrió la embestida del morlaco, de unos 500 kilos, aunque sólo tuvo algunos rasguños.

La Cruz Roja tuvo que mandar a otro herido leve hasta el hospital de Villamartín por necesitar una placa para diagnosticar un posible traumatismo. Dos personas más fueron heridas por roces de asta de toros. En total, la Cruz Roja asistió a lo largo de la jornada a unas 47 personas aquejadas de causas múltiples como intoxicaciones etílicas, golpes de calor, caídas, revolcones y las incidencias anteriormente reseñadas, según informó.

El Toro del Aleluya, en Arcos, comenzaba al mediodía con la suelta del primero de los toros, de la ganadería de Martelilla. Un ejemplar que dio más juego que el segundo del lote, que salió a las calles sobre las tres de la tarde.

El primer astado se mostró más bravío, efectuando el recorrido trazado por las calles Alta, Gomeles hasta llegar a Corredera. Durante una hora, fue el centro de todas las miradas y el punto de atracción de corredores y mozos por el juego que les dio. El segundo morlaco hizo su aparición sobre las tres de la tarde y se mostró más tranquilo, propiciando carreras más limpias. Algunos testigos agradecieron ayer la ausencia de cera de las procesiones en las vías, que contribuyó a que hubiera menos caídas durante las carreras.

Sobre las tres y media de la tarde, cuando el segundo toro estaba en la calle, la lluvia hizo acto de presencia pero no interrumpió el ambiente de las calles, que estuvo amenizado, en buena parte, por una charanga local.

En definitiva, una jornada que benefició también al sector hostelero local, que acoge con satisfacción cada año esta celebración por la repercusión económica que tiene para sus negocios.

En Benamahoma, las fiestas del Toro de Cuerda reunieron a unas 4.000 personas en la población, según fuentes municipales, y dejaron cinco heridos, la mayoría con pronóstico leve. Tan sólo un hombre necesitó ser trasladado hasta el hospital de Ronda con un codo roto en una caída durante la suelta del segundo astado. El resto de personas fueron atendidas por los servicios sanitarios locales con contusiones o rasguños sin mayor importancia.

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