Jerez

Grupo Estévez compra a Beam Global 400 hectáreas de viñedo del Marco

  • La firma del 'Tío Mateo' duplica su superficie vitícola con la adquisición de parte de El Majuelo y Viña Bristol, lo que la convierte en la principal bodega de integración vertical

Grupo Estévez acaba de cerrar la compra de 400 hectáreas de viñedo a Beam Global -antiguas bodegas Domecq-, superficie que corresponde a la mitad de El Majuelo, en la carretera de Trebujena, y a la totalidad de Viña Bristol, cerca de Lomo Álamo, la principal finca de los Estévez en las inmediaciones de Lomopardo.

Con esta operación, la más importante de las realizadas en torno a la viña en los últimos tiempos, la compañía del 'Tío Mateo' duplica su superficie de viñedo con entre 750 y 800 hectáreas, que la sitúan como el principal 'viticultor' con la mayor superficie de producción de uva del Marco de Jerez y a notable distancia del resto de grandes bodegas de integración vertical, que en el mejor de los casos se mueven entre las 500 y las 600 hectáreas.  

Precisamente, y a la vista de la reducción de la superficie de viñedo a unas 6.500 hectáreas en el Marco tras los arranques y abandonos masivos, lo que deja unos márgenes muy ajustados para los operadores del sector comercializador, Grupo Estévez había intensificado la búsqueda de viñedo en venta, operación que venía madurando desde hace tiempo para, según fuentes de la compañía, garantizarse el suministro de algo más de la mitad de la materia prima que necesita la bodega para atender sus compromisos comerciales.

Al margen de Mercadona, de los principales clientes de Estévez, que cuenta con participación en el centro de distribución de la cadena de supermercados a la que suministra casi medio centenar de referencias entre vinos, brandies y licores, la bodega del 'Tío Mateo' ha visto multiplicados sus compromisos en los últimos meses, ya sea con la recuperación de contratos como el de Tesco (Reino Unido) o con la incorporación de otras cadenas que cambiaron de proveedor por problemas en el suministro con otras empresas del Marco en crisis.

La empresa había tanteado otras opciones, entre las que figuraban las viñas de Zoilo Ruiz-Mateos, una de las bodegas del Grupo Garvey (Nueva Rumasa) en concurso de acreedores, antes de inclinarse por la compra del viñedo de Beam Global. No obstante, Estévez se da, de momento, por satisfecha con la adquisición de estas 400 hectáreas, ya que según las fuentes consultadas por este medio, la bodega no tiene intención de autoabastecerse al 100%.

Pero la pérdida de un tercio de la superficie de viñedo del Marco, unida a la creciente demanda externa de vino del año y el ajuste entre la producción y las ventas de vinos de Jerez hacen prever una tensión en los precios de la uva y el mosto que ha llevado a esta firma jerezana a realizar la compra con el ánimo de ser competitivos en el futuro, señalaron las mismas fuentes.

De hecho, desde la compañía apuestan por la rentabilidad de la viña tras una década de graves problemas tanto para los viticultores como para las bodegas y tan convencidos están en Estévez que ya han pactado un incremento de los precios para los próximos tres años con distintos viñistas con los que tienen contrato, a fin de frenar la sangría de viñedo y del empleo que genera el sector.

Grupo Estévez viene a demostrar con esta operación su apuesta por el Marco, en el que ve futuro tras prolongados años de crisis en los que se ha logrado recuperar el equilibrio, aunque a costa de muchos operadores que se han quedado en el camino y de gran parte de la superficie, en lo que desde la casa del 'Tío Mateo' se interpreta como un exceso que puede tener sus consecuencias a corto o medio plazo para las bodegas que necesiten reponer sus existencias.

De hecho, las previsiones de este año apuntan a una cosecha corta, posiblemente la más corta del Marco por la reducción de la superficie de viñedo y la sequedad del actual año agrícola, situación que incluso puede verse agravada en los dos meses mal contados que restan para la vendimia si se registran altas temperaturas como las de las semanas previas, condiciones en las que la uva gana graduación alcohólica a costa del peso, que marca el precio que percibe el viticultor.

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