Provincia de Cádiz

Despedidas para un buen camino

  • Los romeros de Cádiz, Puerto Real, Rota y Arcos se pasearon por sus ciudadades con los mejores deseos de sus autoridades y rocieros que no partirán · El obispo Ceballos ofició la tradicional misa en la capital

Muy temprano iniciaron los rocieros gaditanos la jornada de ayer, el esperado martes por la mañana, en el que un año más la hermandad de la capital inicia su camino hacia el Rocío. A ella se unían Puerto Real, Arcos y Rota, que también iniciaban su camino hacia Bajo de Guía.

En la capital gaditana, el primer paso fue la tradicional misa de romeros, que el obispo de la diócesis Antonio Ceballos concelebró con el párroco de San José, Oscar González Esparragosa, ante el Simpecado, y en la que cantó el coro de la hermandad que dirige Miguel A. Gómez.

Después el Simpecado fue trasladado a su carreta, cuya construcción en orfebrería va avanzando año tras año y que presentaba un colorista exorno floral realizado por Manuel Perales. La comitiva, encabezada por el guión de camino y tres piteros, comenzó a avanzar por la Avenida, precediendo a la carreta con el Simpecado el director espiritual de la hermandad, Oscar González Esparragosa, junto al hermano mayor, Manuel Montaño; el concejal Jesús Tey y la vocal del Consejo de Hermandades, María José Novo. Junto a los jóvenes piteros resaltó la presencia de un joven guineano, un nuevo rociero vestido de corto para la ocasión con aportaciones de miembros de la hermandad, y que ha sido bautizado con el nombre de Antonio.

Algo de lluvia acompañó a la comitiva en su discurrir hasta la plaza de San Juan de Dios, donde la alcaldesa Teófila Martínez se unió a la presidencia del cortejo después de ofrendar un centro de flores al Simpecado delante del Ayuntamiento. Por la calle Sopranis la comitiva llegó sobre las diez y veinte al compás de Santo Domingo, el santuario de la Patrona de la ciudad, lleno de mujeres vestidas de flamenca, entre ellas las 450 que acudieron luego en El Sotillo, en Chiclana, al habitual almuerzo rociero que organiza desde hace 16 años la Fundación Dora Reyes para recaudar fondos.

Aunque hasta mañana no se inicia el triduo de Pentecostés, el dominico Pascual Saturio adelantó a ayer la ubicación de la imagen de la Virgen del Rosario a pie del altar mayor para la visita de los rocieros, a los que recibió un repique de campanas del santuario. El sacerdote pidió un aplauso para las dos alcaldesas, la Patrona de la ciudad y Teófila Martínez, cuando la comitiva entró en el santuario, para rezar seguidamente el Angelus y unas sevillanas a la Pastora que entonó Manuel Montaño, y terminar con vivas a la madre de Dios. Tras la bendición deseó un buen camino a los romeros, que a las once menos veinte de nuevo en comitiva subían las Cuestas de las Calesas hacia las Puertas de Tierra.

A las doce los romeros tenían previsto rezar el Angelus ante la capilla salesiana de María Auxiliadora para después cruzar el puente Carranza en dirección al Río San Pedro, donde iban a almorzar, y partir sobre las cuatro y media por carretera hasta Sanlúcar, para cruzar el Guadalquivir .

En Arcos, la Hermandad del Rocío partió ayer del pueblo tras la misa que se celebró, a las ocho de la mañana, en la parroquia de San Francisco. La comitiva formada por unos 300 rocieros cruzó las calles del pueblo acompañada por las autoridades locales, encabezadas por la alcaldesa Josefa Caro, que la despidieron antes de partir camino de Bajo de Guía, en Sanlúcar. Acompañaron al Simpecado de esta Hermandad unos 45 vehículos y cuatro carriolas, y numerosos caballistas, que tenían previsto su embarque para las dos y media de la tarde. Finalmente, esta operación tuvo que posponerse unas horas, hasta las cinco y media, por el problema que sufrió la barcaza encargada del traslado. Finalmente, Arcos consiguió cruzar al otro lado como mandan los cánones y la normalidad fue la característica de la jornada.

Los 250 romeros puertorrealeños partieron de la Parroquia de San Benito sobre las diez y media de la mañana tras celebrar la misa junto a muchos rocieros de la localidad que en esta ocasión no realizan el camino.

El Simpecado de la hermandad de Puerto Real recorrió las calles de la localidad, con parada en la capilla de La Salle, hasta la piedra de San Sebastián, desde donde se dirigieron a Sanlúcar. Los rocieros de La Villa embarcaron bien entrada la tarde para pisar las arenas de Doñana y pernoctar en el Palacio de Marismillas.

300

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios