La siniestralidad laboral, una de las mayores lacras sociales actuales, descendió en el primer trimestre en la provincia. Según el balance realizado por el sindicato UGT, los accidentes en el puesto de trabajo se redujeron en Cádiz entre enero y marzo casi un 5,8% respecto al año pasado. Esta disminución, aunque importante, dista considerablemente del resultado andaluz, ya que en el conjunto de la Comunidad, la bajada fue mucho mayor, llegando al 14,9%.

La clave de este fuerte reducción de la siniestralidad a nivel de Andalucía fue el decrecimiento por encima del 10% que se registró en la mayoría de provincias. La más destacada fue Huelva, donde remitió en un 27,2%, mientras que en el polo opuesto se situaron Cádiz y Almería, donde la disminución fue del 8,1%.

Pero este buen balance se empaña al hablar sólo de accidentes mortales. Según el sindicato ugetista, 49 personas fallecieron en el primer trimestre en la Comunidad, mientras que el año pasado la cifra fue de 37. Este incremento es superlativo en términos relativos, ya que supone un 32,4% más que en 2007.

La provincia gaditana tampoco sale bien parada en esta estadística porque, con diez trabajadores muertos, es la segunda con mayor incidencia de la región tras Sevilla, donde 15 personas -dos de ellas in itinere (en el traslado al centro de trabajo)- perdieron la vida mientras desempeñaban su actividad laboral. El tercer nivel más alto lo ocupó Jaén, con nueve; mientras que en Córdoba hubo seis y otros dos in itinere; en Granada y Almería, seis y uno; en Málaga, cinco y uno; y en Hueva, cinco.

El secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, presentó estos datos durante el Consejo Confederal de Salud Laboral y Medio Ambiente celebrado ayer en Sevilla, donde quiso destacar que, a pesar de la subida de los accidentes mortales, que supone un «rebrote muy alarmante que hay que frenar», el resto de accidentes disminuyó en la primera parte del año.

Además, el sindicato destacó el incremento de mortalidad de Jaén, con un 200%, o Granada y Huelva con un 100%, y el sufrido en Sevilla y Cádiz en el sector servicios, donde los fallecimientos se han multiplicado por cinco y por dos, respectivamente.