La calle Alcalá de los Gazules se convirtió ayer en un tobogán de agua y de 75 metros de longitud del que disfrutaron cientos de niños, una actividad que estaba organizada por la Concejalía de Juventud, y que pretendía ser la recompensa a los niños y jóvenes vejeriegos tras el esfuerzo a lo largo del curso escolar.
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