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Jerez

El milagro de Alba

  • Tres meses después de ser operada, la joven ha vuelto a caminar sola “gracias a mi superhéroe” el doctor Mario Velarde

Alba Pacheco aparece acompañada de su hermana, su madre y su tía. Llega en silla de ruedas, pero sonriente y sin parar de hablar. Hace apenas tres meses estaba postrada en una cama y desahuciada por la sanidad pública con 18 años recién cumplidos.

Ahora, en cambio, ha recuperado su sonrisa y las ganas de vivir gracias a su “superhéroe Mariete”. Así es como llama cariñosamente al doctor Mario Velarde, cirujano especialista en columna vertebral. Él fue el único médico que respondió a la llamada de auxilio que la madre de la joven, Carolina Pacheco, realizó a través de Diario de Jerez a principios de abril de este año. Su hija, invidente de nacimiento, llevaba entonces 17 meses en cama y un mes ingresada en el hospital de Jerez, donde celebró su mayoría de edad entre mórficos para intentar paliar los fuertes dolores que padecía.

A pesar del calvario por el que pasaron Alba y su familia, la joven está recuperando poco a poco su vida y ya puede caminar sin ayuda de andadores. Lo hace simplemente apoyada en el brazo de su madre porque aún debe recuperar la musculatura que perdió. Aun así, “ya corro como una metralleta”, dice la joven emocionada mientras hace una demostración.

El 9 de julio fue cuando comenzó el ‘milagro’. El doctor Velarde intervino a la joven en la Clínica San Rafael de Cádiz. Lo hizo de manera altruista y la familia sólo tuvo que hacer frente a los gastos de ingreso y de la operación pero no tuvo que pagar nada al cirujano. Desde que salió de quirófano, Alba Pacheco no ha parado de mejorar a base de rehabilitación y esfuerzo personal.

“De estar metida en una cama en la que no se le podía ni incorporar la cabecera de la cama para comer a verla a caminar normal... Estamos encantados de ver que camina, que se mueve, que ha empezado a controlar el esfínter. Está estupenda”, reconoce su madre. A pesar de ello, señala que “tras dos años de dolores metida en una cama” la recuperación no es sencilla ni rápida y hay momentos en los que “nos desesperamos” pero reconoce que “es normal, eran mucha cositas. De hecho, ella nunca ha caminado normal como ahora sino que caminaba en bloque hacia el lado derecho, balanceándose”.

“Los milagros no existen, existen los doctores como el doctor Velarde que no dudó en ningún momento que había una solución. Ella dice que es su superhéroe”, añade Carolina Pacheco. Además, recuerda y agradece que Alba “está operada gracias a la solidaridad de los ciudadanos. Todavía siguen llamando y preguntando por redes sociales, siguen queriendo hacer donaciones, aunque ya las hemos cerrado porque estamos recogiendo y recaudando todo para poder terminar de pagar”.

A pesar de que la familia mira el futuro con optimismo, Carolina Pacheco afirma que, al recordar todo lo pasado, “ahora que lo pienso me pongo peor que cuando estábamos en el momento pasando por todo. Pienso en todos los médicos que han visto a Alba y que ninguno tuviese una respuesta, pues la verdad es que es algo asombroso”. “He estado en Valme, en Virgen del Rocío, en Puerta del Mar, por lo privado... Sinceramente no sé qué ha pasado pero lo cierto es que estaba desahuciada por el sistema. Quitarle todos los mórficos y mandarla para casa es la última solución que me dieron”, recuerda con tristeza, lamentando que “mi niña ha perdido dos años de su vida en una cama”.

El doctor Mario Velarde va más allá y critica que en la sanidad pública la hayan visto tantos médicos “y no hayan sabido actuar con eficacia. Yo les quito la productividad. Por eso me marché del servicio público”. Además, asegura que tras intervenir a la joven “podrían haberme llamado y preguntarme cómo lo había solucionado. Ofrecí también hacer sesiones clínicas pero se negaron siempre”. De hecho, recalca que “soy lamentablemente el único especialista de columna vertebral fuera del sistema en la provincia de Cádiz. Los demás están en el sistema público y en el privado, y ellos no podían intervenirla por eso. Ha habido mucho corporativismo”. Por ello, critica duramente que ningún médico fuese más allá de la escoliosis y diagnosticase la médula anclada. Velarde reconoce, además, que se jugó su prestigio. Afortunadamente la operación salió bien pero si no hubiese sido así, “yo tengo una empresa privada, mi clínica está en Jerez, y si hubiera ido mal, todo se me iba en contra”.

“Es muy triste, debe haber muchas Alba. Las últimas palabras que me dijeron es que había enfermedades raras y por eso la gente se moría y yo le dije que mi hija no tenía una enfermedad rara. Mi hija estuvo tratándose de columna de los 6 a los 15 años con un corsé y una escoliosis de 33 grados, pero nunca mejoraba”, recuerda Carolina Pacheco. “Mi hija ha sido conejillo de indias, que es lo que a mí me da mucha pena, ha estado de conejillo de Indias por donde hemos ido”, añade.

"Lo que me da mucha pena es que mi hija ha sido conejillo de indias"

Por todo lo pasado, la madre advierte que “no voy a dejar pasar ni una más, no he perdonado”. De hecho, recuerda que “la han visto muchos médicos y siempre nos han dicho que esto era psicológico. Yo tengo un informe de cuando esto empezó y nos mandaron al psicólogo a la niña y a mí. A la vista está que no estábamos tan locas, creo que el psicólogo lo necesita más de uno”.

Alba Pacheco escucha atenta a su madre y al doctor pero reconoce que se queda con lo bueno. “Yo estaba en pediatría y todos me cuidaban, las enfermeras preguntaban ‘cómo está mi niña’ y los niños de la planta venían a mi habitación”, recuerda con una sonrisa intentado borrar los malos momentos que vivió en el hospital de Jerez.

Allí cumplió los 18 años y por eso espera celebrar el año que viene los 19 con una “macrofiesta con la que dar las gracias por todo lo que nos habéis ayudado. Sobre todo a mi superhéroe Mario y a los jerezanos y no jerezanos que nos han ayudado”. Eso sí, tiene claro que para asistir a su fiesta habrá un requisito imprescindible: “Traer un kilo de comida para el Banco de Alimentos”. Mientras llega su esperado cumpleaños, Alba Pacheco sueña con volver pronto al colegio para seguir estudiando: “En enero quiero estar ya allí. Yo quiero ser fisio”.

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