balance migratorio

Desembarcan en Cádiz cuatro veces más inmigrantes que en 2016

  • La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía reclama vías seguras de acceso a España para impedir la pérdida de más vidas

Un grupo de migrantes espera a ser atendido en el puerto tarifeño.

Un grupo de migrantes espera a ser atendido en el puerto tarifeño. / carrasco ragel/efe

 El Estrecho volvió a reactivarse en 2017 como ruta preferente de entrada de quienes buscan un futuro mejor en esta orilla aun a costa de jugarse la vida en el intento. Durante el año pasado se cuadruplicó respecto a 2016 la cifra de inmigrantes que desembarcaron en las costas gaditanas, según el balance migratorio Frontera Sur que ayer presentó en Cádiz la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Adpha).

Si hace dos años fueron 1.543, el pasado ascendieron a 6.289. No se registraba un dato superior desde 2006, apuntaron Rafael Lara y Ana Rosado. Por detrás de Cádiz se sitúan Almería (5.523), Granada (3.960), Málaga (2.307), Murcia (2.078), Melilla (678), Canarias (434), Ceuta (423), Alicante (414), Baleares (302) y Huelva (11). A nivel nacional, el número de personas que intentaron entrar por vía marítima fueron 22.149, dato que triplica el de 2016.

Destaca el aumento de los menores en más de un 66%, "lo que evidencia la falta de adecuación de recursos para la protección de los niños y niñas que llegan a nuestro país". También un descenso del número de mujeres, "relacionado probablemente con el incremento de migración procedente del Magreb", respecto a la originaria de países subsaharianos. Sobre la insuficiencia de medios para atender a los menores baste decir que en junio del año pasado un grupo de ellos tuvo que ser trasladado a un camping de Tarifa por falta de plazas en el centro Virgen del Cobre de Algeciras.

El colectivo cifra en 6.289 las personas que llegaron por mar a la provincia

La dimensión de este crecimiento espectacular del flujo migratorio del Estrecho aumenta si se tienen en cuenta las en torno a 3.000 personas detenidas por la Gendarmería marroquí, que a falta de datos precisos, podrían ascender a unas 5.000. De esta manera superarían los 11.000 los migrantes que se desplazaron rumbo a España o al menos lo intentaron durante 2017 a través de las costas gaditanas.

Entre las causas de este incremento, la Apdha apunta la profunda crisis que asuela Marruecos desde hace más de un año y la percepción de que las politicas de contención migratoria de la Unión Europea se endurecerán todavía más en los próximos años.

En paralelo, detectan un descenso muy significativo del resto de rutas hacia Europa, principalmente en la del Mediterráneo central, a causa del "aumento de la represión, la persecución de las ONG's y la situación infernal en Libia". "Las medidas de contención de los flujos concertadas con los países de origen , la represión ejercida contra los migrantes y los mecanismos de cierre de fronteras de la Europa Fortaleza no son capaces de frenar los movimientos de personas, que en ocasiones llevan años sorteando países para alcanzar un lugar mejor donde vivir", plantea la Apdha.

El colectivo entiende que "este incremento de la llegada de inmigrantes a las costas españolas ha puesto de manifiesto de nuevo, como en 2006, que no existen estructuras ni medios adecuados para atender dignamente a las personas llegadas tras un largo calvario y para que se respeten sus derechos, como ha quedado en evidencia en Málaga, Barbate o Motril".

El niño Samuel, de cuatro años, que pereció cuando la embarcación en la que le trasladaban zozobró en enero del año pasado frente a Barbate, y su madre Nzazi, cuyo cuerpo fue hallado en febrero en Argelia, son sólo dos de los 249 fallecidos durante el año pasado. Más de 6.000 personas perdieron la vida en la Frontera sur en los últimos 20 años, según los datos contrastados por la Apdha. Sin embargo, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) estima que por cada persona que falleció, hubo otras dos de las que nunca se supo nada.

El niño Samuel y su madre Nzazi fueron dos de los 249 fallecidos el año pasado

Las lanchas neumáticas han vuelto a dejar paso a las antiguas pateras de madera tanto en el Estrecho como en el mar de Alborán, mientras que continúa el peligroso uso de embarcaciones de juguete, sobre todo entre los menores. En 2017 llegaron a Cádiz llegaron 405 lanchas, pateras y balsas, frente a las 148 de 2016. La Apdha reclama vías seguras para acceder a España que impidan que las personas tengan que arriesgar su vida en el mar y políticas acogedoras que pongan por delante la dignidad y los derechos de las personas.

"Concertinas, alambradas, patrulleras, devoluciones, muerte y sufrimiento no pueden seguir siendo la respuesta de este país a las personas que huyen de la guerra o el hambre", denuncia el colectivo. "La historia nos juzgará por la crueldad e inhumanidad que ejercen nuestros gobernantes y de la que son testigos nuestras fronteras", concluyen.

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