En el PP ven a Díaz Ayuso como un complemento: capta votos que, probablemente, nunca serían para el PP.

Se comprende que, hoy, Fernando Grande-Marlaska, sea una de las figuras más detestadas del Gobierno.

Nada es más grave que legislar considerando víctima o verdugo en función de ser un hombre o una mujer.

De haber roto las negociaciones sobre el CGPJ, el PP habría perdido una gran oportunidad.

El PSOE de Felipe y Guerra con toda seguridad no se habría convertido en el mercado persa actual.

Las negociaciones por el CGPJ se han convertido en un espectáculo bochornoso con acusaciones de bloqueo.

Nadie duda de que en los próximos meses los socios de Gobierno romperán: la brecha se profundiza con la ley trans.

Tienen razones para sentir temor a la discrepancia. En Vox el indispensable debate brilla por su ausencia.

El debate político impide la reflexión sobre un capítulo cada vez más inquietante: el aumento de la delincuencia.